5-Lena luthor

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Cepillo de dientes, listo; pijama poco provocativa, listo; sandalias, listo; y por si el ambiente se pone caliente, un mini ventilador portátil. Definitivamente, no necesitaría alistar lencería o un consolador, aunque esto último lo consideró, ya que iba a necesitar desestresarse con todo el trabajo que le daría Lena, pero luego decidió no llevarlo. Revisaba la lista de lo que tenía que llevar, ya que después del concierto de hoy se irían de tour. Alex estaba parada en la puerta, no estaba lista para que, de un día para otro, su amiga tuviera que irse.

-Toma, te compré tus galletas favoritas -le alcanzó una lata redonda de chocochips. Kara iba a extrañar pasar las noches con su amiga, tomando leche con galletas mientras veían un reality show de baile y daban su humilde y cero venenosa opinión sobre los concursantes, cuando eran conscientes de que lo único que les bailaba a ellas eran las rodillas al bajar las escaleras.

-Joder, ¿tienes que ir a ese viaje? No puedes simplemente ser su publicista remotamente.

-Si por mí fuera, haría un muñeco vudú de Lena y la controlaría desde la ouija, pero dicen que es antiético, así que debo ir y cerciorarme de que no se meta en líos.

-Sabes que te deseo suerte -se acercó a abrazarla la pelirroja-. Si no es mucho pedir, cuando veas a Sam no dudes en darle mi número, ya sabes, por si te pasa algo y no tienen a quién contactar.

-Sí, claro, y también le daré la llave del apartamento para que venga a visitarte.

-Eres mi mejor amiga, Kara Danvers -la rubia se alejó un poco de su abrazo y le dijo:

-Sabes que no voy a hacer eso, ¿verdad?

-Bueno, tenía que intentarlo -se rieron ambas. Kara se había dado cuenta de que, desde que se pusieron a investigar la banda por internet, Alex se había quedado maravillada con la castaña que tocaba el bajo.

El taxi que la llevaba se había quedado atascado en el tráfico, solo a unas cuadras de donde Lillian le había dicho que tenía que ir. Era más que claro que el motivo del tráfico era el concierto. Kara miró su reloj, eran las 8:30. Ella tenía que estar en el backstage media hora antes de que el concierto empezara a las 9. No tuvo opción, tuvo que bajarse del taxi e ir con su maleta por toda la avenida. El sonido se iba intensificando mientras se acercaba al estadio. Lillian le había dado una entrada VIP para ingresar, así que cuando llegó a la entrada, el guardia la miró de arriba abajo. Sabía que su conjunto rosa no iba acorde con el lugar, pero ella quería verse formal.

-No puede ingresar con la maleta -le dijo el guardia.

-Vengo de parte de Lillian Luthor, me dirijo al backstage. Soy la nueva publicista de Lena Luthor. -El guardia la dejó pasar. Cuando entró, se sorprendió de toda la gente que corría por alcanzar estar lo más cerca del escenario. Las luces brillaban intensamente y en el escenario se leía el nombre de la banda "KRIPTON". La banda aún no salía, solo había música sonando en aleatorio en los enormes parlantes. Kara miró adelante, preguntándose cómo iba a pasar entre toda esa gente.

-Permiso, por favor, permiso, voy a pasar -decía Kara para avanzar hacia adelante. Iba casi por el medio del campo vip cuando las luces se apagaron y el sonido de una guitarra retumbó en todo el escenario, llamando la atención del público, y Kara ya no pudo avanzar. Dirigió su vista al escenario. Habían salido tres imponentes mujeres y un hombre. Kara los había visto en videos, pero verlos en persona era impresionante.

La batería la tocaba Andrea Rojas, la diosa de la oscuridad; en el bajo estaba Samantha Arias, la castaña de apariencia inocente; Mon-El, el cantante principal, era el coqueto de sonrisa encantadora; y el demonio toma forma humana en Lena Luthor que no te engañe, parece la típica golfa traicionera y egoísta con cara de mosca muerta, pero en realidad es mucho más que eso. Es la "abeja reina", la estrella; las otras apenas son sus obreras. La guitarrista principal hacía enloquecer a los fanáticos que gritaban su nombre, y se notaba que disfrutaba ser amada por el público.

Kara fue empujada y pisada varias veces por la gente a su alrededor. En su mente, se lamentaba de haber ido en tacones. No había forma de que llegara adelante con toda esa gente eufórica que cantaba y saltaba al ritmo de la canción. Sostenía su maleta con fuerza, solo quería que el día se acabara o que la tierra se la tragara. Deseaba que su resistencia fuera tan fuerte como el vestido negro corto que llevaba Lena, que, a pesar de arrodillaba con su guitarra en el piso, no lograba mostrar nada. Casi le parecía excitante la abertura que tenía en medio de su pecho.

No era fan de la música bulliciosa, pero trataba de disfrutar el concierto lo mejor que podía. Pasaron dos horas y la banda se despidió con un cover de *Highway to Hell*. Lena hizo un solo con su guitarra al final de la canción. Kara vio cómo algunos sostenes volaban hacia el escenario, junto con peluches y otros regalos. Los integrantes recogieron algunos obsequios de sus fans y desaparecieron del escenario. La gente empezó a retirarse, y Kara se dirigió a la valla que conducía al backstage, donde había algunos fans con la esperanza de ver a sus ídolos. Kara se acercó con una sonrisa al fornido guardia que estaba ahí.

-Hola, soy Kara Danvers, tengo que reunirme con la señorita Luthor, soy su publicista.

-No puedes pasar, princesa, si no tienes identificación.

-Vengo por parte de Lillian Luthor.

-Querida, ¿sabes cuántas chicas se acercan diciendo lo mismo? -Kara buscó en su bolso su celular para llamar a Lillian. Había sido tan ingenua, debería haber pedido al menos un fotocheck. Al segundo timbre, Lillian contestó con voz de molestia. Kara le explicó su inconveniente y Lillian le pidió que le pasara el celular al guardia. Tras unos momentos, Kara pudo pasar la valla. Arrastrando su maleta, trató de encontrar dónde estaba Lena. Preguntó a los chicos que se encargaban del escenario, y ellos le señalaron una puerta al fondo.

Se dirigió hacia allí, abrió la puerta sin haber tocado antes, y, claro, ahí estaba Lena. Pero no se la esperaba encontrar sentada en el sillón con el vestido levantado hasta las caderas, dejando ver sus muslos blancos, y encima de ella, una chica de cabello igualmente negro que la estaba besando. Cuando Lena se dio cuenta de su presencia, volteó con molestia hacia Kara y le dijo:

-¿Qué haces aquí? ¿Quién eres tú?

Por un momento, Kara pensó en retirarse, pero se llenó de valor y respondió:

-Soy la solución a tus problemas, Lena Luthor.

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Notas extras:

-Extraño cuando me tiraban sostenes. Tenía una colección de ellos, de diferentes tamaños, colores y... olores -dijo Lena, mientras una mirada fulminante de Kara se posaba sobre ella. Lena se dio cuenta de su error y supo que Kara la haría dormir junto a Monelito, el perro. Tratando de salvar la situación, agregó rápidamente-: Pero mi adorada esposa los tiró todos a la basura, y no me importó, porque lo que más amo son los sostenes de mi esposa. Sus pechos son como dos melones jugosos, y caben a la perfección en mi mano.

Kara se acercó y le dio un beso en la mejilla.

-Igual no te libras, cariño -dijo mientras se levantaba-. Voy llevando tu cobija a la casa de Monelito.

-Nia, por favor, no incluyas esto en tu entrevista -pidió Lena, levantándose apresurada y siguiendo a su esposa-. Amor, no tienes que hacer esto. Hablemos como gente civilizada. ¡Prometo no decir más estupideces! -Lena desapareció por el pasillo detrás de Kara.

La joven entrevistadora, pensó que si hicieran un *reality show* de la vida de esas dos, sería el programa más visto de la historia.

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