9-Fiesta

99 15 0
                                    


-¿Entonces disfrutabas molestar a Kara? -preguntó Nia mientras tomaba notas en su libreta.

-Por supuesto que sí -respondió Lena, divertida-. Ella era como un golden retriever, siempre feliz, meneando la cola y apoyando a todos. Bueno, menos conmigo. En ese momento no reconocía lo mucho que me gustaba cuando fruncía las cejas o se mordía el labio del enojo. Me encantaba molestarla hasta que se convierta en un rottweiler con rabia.

-Siempre dicen que del amor al odio solo hay un paso -comentó Nia.

-Sí, pero nosotras éramos como dos ciegas guiándonos mutuamente. Nos tomó demasiado tiempo reconocer que nos amábamos.

-¿Y durante esas dos semanas que estuvieron en Midvale, lograste salir?

-Los primeros cinco días ni siquiera pude llegar al cartel de bienvenida de la ciudad. Kara era como chicle en mi zapato.
---------------
Lena recordó con diversión cómo sus intentos de escapar eran constantemente frustrados por Kara. Incluso intentó ser amable llevándole una taza de té pero claro este tenia un somnífero que dejaría profundamente dormida a su publicista.

-Te traje un té, Kara, espero que lo disfrutes -dijo Lena, dejando la taza sobre la mesa mientras se sentaba frente a la rubia con su propia taza.

-Es sospechoso de tu parte -dijo Kara, mirándola con desconfianza.

-Por Dios, no seas paranoica. Solo estoy tratando de ser amable. Además, yo también estoy tomando el mismo té.

-Está bien... ¿Cuántas cucharadas de azúcar le pusiste?

-Dos

-A mí me gusta más dulce, ¿me puedes pasar la azucarera, por favor?

Lena se levantó y fue a la cocina, mientras Kara aprovechó el momento para intercambiar las tazas. Al regresar con el azucarero en la mano, Lena vio que Kara seguía concentrada en su tablet, por lo que no sospechó nada.

-Aquí tienes -dijo Lena, sentándose de nuevo y observando cómo Kara le añadía dos cucharadas de azúcar y bebía su té con tranquilidad. En su mente, Lena pensaba: *1 punto para mí, 3 para Kara*.

Entonces, Lena tomó un sorbo de su propio té .Al día siguiente, despertó tirada sobre la alfombra de la sala, sin recordar nada. Demonios, la rubia era muy astuta, pensó.

Lena estaba en su cuarto, caminaba de un lado a otro, como un animal enjaulado. Entonces, una idea se le vino a la cabeza: *si Mahoma no va a la montaña, la montaña viene a Mahoma*. Solo le bastaron dos llamadas para que, en menos de una hora, la casa estuviera abarrotada de gente. Esta vez, Kara no podría hacer nada.

El ruido de la música retumbaba por toda la casa. Había alcohol por todos lados. En la sala, Mon-El estaba tomando cerveza de un bidón grande mientras todos le gritaban "¡Fondo! ¡Fondo!". Andrea estaba en la piscina, rodeada de chicas lindas, y Sam en un rincón, poniendo música. Y bueno, kara estaba gritando a los invitados que no rompieran las cosas o que no ensuciaran el sillón.

-¿Te estás divirtiendo? -dijo Lena, votando el humo de su cigarro en la cara de su publicista.

-Saca a toda esta gente de aquí -respondió Kara, frunciendo el ceño, claramente molesta.

-Vamos, Kara, solo es una fiesta.

-Si no los sacas, lo haré yo misma.

Lena le volvió a tirar humo en la cara.

-Eres insoportable.- respondió la rubia

La fiesta continuaba. Lena estaba bailando con su trago en una mano cuando, de repente, se apagaron las luces y la música. La gente empezó a abuchear. Kara se subió encima de una mesa.

-Tienen un minuto para salir de esta casa -dijo mientras encendia un encendedor-, o voy a incendiarla.

-¡Esa perra está loca! -gritó un chico.

-Se acabó su tiempo -dijo Kara mientras lanzaba el encendedor hacia un lavadero. Este se prendió inmediatamente en llamas.

La gente comenzó a salir despavorida, y cuando la mayoría ya estaba fuera, Kara sacó un extintor y apagó el fuego como si nada hubiera pasado.

Lena y Sam observaban la escena desconcertadas.

-Joder, ¿en serio tenías que hacer todo este show? -dijo Lena

-¿No era más fácil llamar a la policía? -añadió Sam.

-Si venía la policía, mañana estaríamos en los periódicos -respondió Kara, tranquila.

-Claro, porque prender fuego a la casa no va a hacer que aparezcamos ahí -ironizó Lena.

-La gente estaba más concentrada en salvar su vida. Dudo que alguien haya grabado esto -dijo Kara.

-Andrea y Mon-El se fueron con los demás -dijo Sam, mirando alrededor.

-Nosotros también deberíamos irnos -sugirió Lena.

-Al único lugar al que van a ir es a sus camas, ¡así que suban ahora! -ordenó Kara.

-Vamos, Lena, hagámosle caso. No quiero despertar en un concierto de Michael Jackson -dijo Sam, empujando a Lena para que avanzara.

-¿Es en serio? ¿Nos vamos a rendir tan rápido? -protestó Lena.

-Cállate y sube, Lena -dijo Sam mientras la empujaba.

Kara cerró los ojos y respiró profundamente. No había pasado ni una semana y ya había perdido toda su paciencia. No sabía si iba a resistir seis meses, pero de alguna manera, tenía que encontrar la forma de controlar a Lena.

Notas extras*

"En otras noticias, ayer los chicos que asistieron a una fiesta organizada por la banda *KRIPTON* fueron atacados por una piromaníaca que intentó prender fuego a la casa. Producción, adelante con el vídeo."

Kara se quedó mirando la pantalla de la televisión, con la boca abierta y su dona a medio comer en el piso. Siempre pensó que algún día aparecería en algún programa de tv, pero no de esta manera.

Electric love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora