12- Alex y Sam

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La puerta corrediza que daba al jardín se abrió y Alex y Kara ingresaron a la sala donde se encontraban la guitarrista y Nia.

-Chicas, en dos horas estará lista la parrillada -dijo Kara sentándose al lado de Lena.

-Aún no llega Sam con los niños, ya es casi mediodía, ¿por qué no están preocupadas? Cuando yo los saco me llaman a cada rato -preguntó la pelirroja mientras se sentaba en el sillón de al lado.

-Por el simple hecho de que están con Sam y no contigo -respondió Lena.

-No confían en mí, por si ya se les olvidó, soy policía -dijo Alex, poniendo cara de indignación.

-Perdiste a Esme en el supermercado.

-Por Dios, Kara, era Navidad y había muchos niños. Esme quería ir al área de juguetes.

-Sam casi se divorcia de ti cuando por los altavoces del supermercado empezaron a llamarla. Por eso Kara y yo estamos tranquilas de que Sam esté con nuestro hijo.

-Ok, ya perdí en esta conversación -Alex levantó las manos en señal de rendición.

-¿Y cómo es que Sam y tú se conocieron? -preguntó Nia.

-No sé si contártelo sin la presencia de Sam.

-No te lo va a decir, Nia. Sam la tiene muy bien amaestrada -dijo Lena, burlándose.

-Dejen de atacarme, y para demostrártelo voy a contar cómo fue.

Kara se acercó a Lena y le susurró: *Será mejor que Sam no se entere o la va a matar*. Y Lena le respondió también en susurros: *Tranquila, yo le haré recordar este momento a Sam*. La rubia la fulminó con la mirada.

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Había pasado un mes y medio desde que Kara se había ido. La banda tocaba en Metrópolis, que estaba a tres horas de National City. Alex había pedido dos días libres en su trabajo porque quería visitar a su mejor amiga por su cumpleaños. Había hablado con Kara por mensajes, y esta le había dicho que estaría ocupada toda la mañana, pero que después del concierto podrían salir a festejar. Alex llegó al final del concierto y entró por la parte de atrás del estadio. Kara se había encargado de que un guardia de seguridad la guiara hasta la sala de descanso, donde se encontraría con ella.

Ya en la sala, Alex se acercó a la mesa de bocadillos y se metió un postsicker en la boca mientras agarraba otro con la otra mano. De pronto, la puerta se abrió y se volteó para ver si era Kara, pero no lo era, era una linda castaña.

-Te recomiendo que no comas mucho esos postsicker o harás que una rubia se enoje -Alex tragó rápidamente y asintió con la cabeza-.

Desde que Lena se enteró de que a su publicista le encantan esos bocadillos, los había pedido en cada bufé de los conciertos para mantenerla de buen humor.

-Tranquila, no te delataré con ella, tu secreto está a salvo conmigo.

-Gracias, sé de qué rubia hablas, y créeme, tengo más amenazas de muerte de ella que de los delincuentes que atrapo.

-Entonces conoces a nuestra Kara.

-Sí, soy su mejor amiga. Oh, no me presenté, soy Alex.

-Mucho gusto, Alex. Yo soy Samantha.

-Oh, sí sé quién eres -en la mente de Alex se reproducían los varios videos que había visto de ella tocando el bajo-. Eres la integrante bonita de esa banda de rock. -Sam se sonrojó un poco por ese cumplido.

-Sí, esa soy yo. ¿Y qué te trae por aquí, Alex?

-Vine porque hoy es el cumpleaños de Kara.

-No puedo creer que Kara no nos haya dicho nada.

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