2-Kara zor-el danvers

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**Kara:**

Estaba frente a su computadora, leyendo por tercera vez el correo que le había llegado de Catcop, imaginando que si tal vez lo leía una cuarta vez, cambiaría el contenido del mensaje. Esta era la segunda vez que le rechazaban su artículo y, con ello, también la posibilidad de formar parte de la empresa. Cuando terminó su carrera, no pensó que sería tan difícil encontrar trabajo, pero la realidad le dio una bofetada cuando ya había pasado un año sin trabajar en algo relacionado con su carrera de periodismo. Por ahora, solo estaba como secretaria en un despacho de abogados. Quizás, si usaba el apellido Danvers en lugar del de su madre, "Zor-El", le darían una oportunidad en los medios. Pero ella estaba decidida a que lograría hacerse un nombre por su cuenta, sin la ayuda de su padre, un conocido empresario que le dio la espalda cuando le dijo que quería estudiar periodismo en lugar de administración de empresas, ya que él la veía como su heredera y pensaba que debía estar al frente de la empresa familiar cuando él se retirara.

Sentada en su cuarto, Kara se sentía una perdedora. Sabía que tarde o temprano, aunque esperaba que fuera muy tarde, su padre le reprocharía su "estúpida" decisión de no estudiar lo que él deseaba. Pero si había algo que Kara había heredado de su madre era su perseverancia y resistencia, los dos factores que la motivaban a seguir enviando solicitudes a todas las cadenas de periodismo, con la esperanza de que alguna la aceptara. A veces deseaba que su madre estuviera viva; de seguro, ella sí la habría apoyado. Pero lamentablemente, el cáncer fue su kriptonita, y había fallecido cuando Kara tenía solo ocho años. Recordaba cómo solían ver la serie *Supergirl* en la sala del hospital mientras su madre recibía la quimioterapia.

Estaba a punto de derramar una lágrima cuando su celular sonó, anunciando una notificación. Kara siempre dejaba activadas las notificaciones de noticias, ya que, como periodista, debía estar informada de todo. Desbloqueó el celular y se dirigió a la bandeja de noticias. Al leer el titular de espectáculos que estaba en todos los medios, se dijo a sí misma que su vida no estaba tan mal como la de esa guitarrista, que siempre estaba metida en problemas. Esta vez, la artista había sido detenida por conducir en estado de ebriedad y estrellar su auto en una laguna del parque. Y como si eso no fuera suficiente, varios videos circulaban en redes mostrando a la guitarrista, empapada de agua, corriendo con un pato en brazos, el cual había sacado de la laguna. Sí, efectivamente, Kara amaba su tranquila vida.

Al día siguiente, estaba desde temprano en el despacho de abogados, con un vaso enorme de café, esperando que la mantuviera viva hasta el mediodía, cuando podría salir a almorzar y comprarse otro vaso.

-Buenos días, señor John -saludó al abogado de piel oscura, quien le tenía cierto aprecio a la rubia.

-Buenos días, pequeña no periodista. ¿Qué novedades tenemos hoy?

-A las 9 tiene cita con la señora Alura para su divorcio. Luego, a las 11, una junta de abogados, y a la una, almuerzo con su esposa en el restaurante Francesco.

-Va a ser un día ajetreado -dijo John mientras entraba a su oficina. Kara seguía en su cubículo ordenando papeles cuando el teléfono del despacho sonó.

-Despacho John & Asociados, ¿en qué podemos ayudarlo?

-¡Por fin logro ponerme en contacto contigo! Sabía que estabas desviando mis llamadas a propósito.

-¿Papá? Por Dios, no puedes llamar al despacho a menos que necesites contratar un abogado.

-Kara, por favor, ese despacho ni siquiera es reconocido. Ni siquiera contrataría los servicios de su secretaria, que estudió periodismo y no sé qué hace ahí -dijo su padre, lo que molestó a Kara.

-Mejor dime para qué me estás llamando.

-Hace unos días tuve una reunión de negocios con Lillian Luthor, ya sabes, la CEO de L-Corp. Bueno, parece que tiene una propuesta para ti, para que puedas trabajar en Catcop -dijo su padre. Sabía que el silencio en la línea era de emoción. Tal vez su hija hasta se había desmayado.

-¿Kara, sigues ahí?

-¿Por qué estás haciendo esto por mí? -preguntó Kara, aún en shock.

-Sé que no quieres mi ayuda y que quieres sobresalir por tu cuenta, pero a pesar de todo soy tu padre, y no quiero verte atrapada en un despacho por el resto de tu vida, respondiendo llamadas y agendando citas.

-¿Estás seguro de que lo haces por eso o porque te avergüenza que tu hija esté trabajando aquí?

-Mira, Kara, solo trato de apoyarte. Ya cumplí con mi parte avisándote, así que la decisión es tuya -dijo su padre. Kara podría ser orgullosa, pero sería una tonta si no tomara esa oportunidad que tal vez no volvería a tener. No perdía nada con ir a ver qué propuesta le tenía Lillian.

-¿Dónde me tengo que reunir con la señora Luthor?

-Esa es mi niña. Mañana a las 3 en la oficina de L-Corp. Por favor, sé puntual y no me decepciones -dijo su padre antes de terminar la llamada. Kara no sabía si estaba soñando, pero definitivamente estaba segura de que, desde ese momento, su vida cambiaría por completo.

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Notas extras

Era mediodía y Kara salió a almorzar. Antes de dirigirse al restaurante, pasó por el carrito de café que estaba frente al despacho. Aún no podía con la emoción de que podría trabajar en Catcop. Estaba tan feliz que, en ese momento, pensó que sería capaz de robar un pato.

-Su café -le dijo el barista.

-Gracias. Oye, ¿sabes dónde puedo conseguir un pato? -preguntó Kara.

El barista la miró con una ceja levantada.-¿Un... pato?

Kara sonrió nerviosa, dándose cuenta del sinsentido.

-Sí, bueno... ya sabes parece que es la moda últimamente -añadió

El barista le dio una sonrisa incómoda y respondió:

-Lo siento, señorita, solo vendo café... y, bueno, muffins.

Kara soltó una risita, cogió su café y, mientras se alejaba, murmuró para sí misma: Tal vez es mejor dejar lo de los patos para otro día.

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