Mi teléfono celular sonando ruidosamente desde algún lugar me hizo caer de la cama. Parpadeé y miré a mí alrededor, tratando de recordar dónde estaba exactamente.
Un gemido a mi izquierda. Miré y vi el mechón de pelo y el destello de piel que era la chica que conocí anoche. ¿Cómo se llamaba Jennifer? ¿Jackie? Me sentí mal por no recordar su nombre, pero ella probablemente tampoco recordaba el mío.
—Umm... —gimió, dándose la vuelta—. Jungkook, ¿qué es eso?
—Maldición.
Mi teléfono seguía sonando. El último lugar donde lo vi fue... en mis pantalones. Que estaban en el suelo.
Salí de la cama, levanté mis pantalones del suelo y me los puse. Mi teléfono seguía sonando y lo saqué de mi bolsillo. Era Christopher, mi hermano mayor. Pensé en dejar que saltara el buzón de voz, pero decidí no hacerlo. Christopher era el primero en la fila para ser el líder de la manada de Jeon Crescent y se tomaba esa responsabilidad muy, muy en serio. Hasta el punto en que básicamente tenía una madre y dos padres. Podría hacerlo sin que me mordieran cuando llegara a casa.
—¿Sí? —dije respondiendo. Levante mi culo del suelo y acerqué el teléfono a mi oreja sujetándolo con mi hombro mientras me ponía la camisa.
—¿Dónde estás? —preguntó Christopher.
—En la escuela —dije. No era mentira, estaba en el dormitorio de alguien.
—Umm... ajá —dijo—. Vístete y trae tu trasero a casa de inmediato. Y... trata de que nadie te vea. Eres un Jeon. Eres un representante de Jeon Crescent y debes actuar como tal.
—Oye —Sonreí abrochándome la camisa—. Solo estoy practicando algunas relaciones diplomáticas amistosas con otros clanes.
—No creo que deba recordarte que las visitas mixtas no están permitidas en los dormitorios de la Academia Dawn, Jungkook. Vuelve a casa. Mamá y papá quieren verte.
—¿Mamá y papá? ¿Qué quieren?
Mi nueva amiga se sentó en la cama, sosteniendo la manta sobre su pecho.
—¿Vas a dejar de hablar tan alto?
—Mi Ra te escuchará. Sonreí y la saludé con la mano antes de caer al suelo.
—Gracioso; no dijiste nada sobre eso anoche —Me puse los calcetines y los zapatos.
—No lo sé —respondió Christopher en mi oído—. Pero están reuniendo a la familia, así que es algo serio. ¿Algún problema en el que te hayas metido últimamente y que necesites confesar?
Me reí. —Si lo hubiera, ¿qué harías?
—Soy tu hermano mayor. Puedes contarme cosas como esas.
—Cierto... te veré en casa, ¿sí? Voy de camino —Desconecté la llamada y guardé el teléfono en mi bolsillo.
—Te veré luego —le dije a la chica cuyo nombre aún no podía recordar. Realmente, debería haber hecho mi salida anoche. Estas incómodas conversaciones matutinas siempre eran las peores.
—Me divertí —dijo— ¿Te veo por el campus?
Le di una sonrisa sin compromiso antes de abrir la ventana y sacar la cabeza. Era una caída de tres pisos, sin problema. Subí y me empujé hacia afuera, cayendo en un apretado rollo cuando golpeé el suelo. Me sacudí la ropa y caminé hacia el aparcamiento.
***
En el momento en que llegué a casa, Christopher me ordenó que esperara en el comedor mientras iba a reunir a mis otros dos hermanos, Arthur y Vander, junto con mis padres. La verdad era que odiaba estar en casa.
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Manada Jeon. Libro #1
RastgeleDescripción dentro de la historia. Primer libro de la serie.