Manada Jeon. Libro #1

11: SEOKJIN

Cuando se cambia a la forma de medio lobo, los sentidos y la fuerza física de un luchador se multiplican por cien.

La audición hipersensible brinda la capacidad de detectar la forma en que se mueve un ataque, desde qué dirección y qué tan rápido, lo que permite al luchador hacer cosas imposibles para un humano normal. Como aumento muscular, densidad y ferocidad animal, un puñetazo o un ataque de garra de un medio lobo pueden ser entregados con una fuerza devastadora. La capacidad de defenderse contra estos ataques mediante el uso de sentidos aumentados, todo depende de la mente del individuo. ¿Tus pensamientos son claros? ¿Estas enfocado? ¿Libre de distracciones?

Mi cabeza giró hacia un lado cuando el puño se conectó con mi hocico, golpeando una explosión de galaxias en mi visión. Ay. Obviamente, no estaba claro, enfocado o libre de distracciones.

Todo mi cuerpo seguía a mi rostro, girando como un sacacorchos, gire antes de golpear la tierra del campo de entrenamiento la EAL.

—¿Qué diablos te pasa, Kim? —gritó el Maestro Graffer—. ¡Levántate!

Traté de sacudirme las luces que giraban, con mi cabeza palpitando cuando me puse de pie. Mi oponente lo había hecho bien. El mundo no dejaba de girar y caí de espaldas sobre mi trasero.

—Bien, bien, suficiente. Eso es un tanto. Maestro Graffer se acercó y me puse de pie. Me miró de arriba abajo. —Ve a tomar un respiro. Estás sangrando, limpia tu cara y toma un trago de agua.

Volví a la forma humana y me toqué la mejilla. Palpitaba dolorosamente, y mis dedos se pusieron rojos. Maldición. Realmente no era yo mismo. ¿Pero quién podría culparme? Mis pensamientos estaban muy, muy lejos de la pelea, por primera vez en la historia. Cuando me escabullí de la habitación, sentí los ojos de toda la clase mirándome. Sin duda soltarían mierda, ya escuché algunos susurros y murmullos sobre cómo estar en celo era una prueba de que un Omega no pertenecía a la EAL. El enojó salió fuera de mí, pero al mismo tiempo... Estaba empezando a preguntarme si era cierto. La disminución de mis habilidades había sido tan obvia, y ¿ahora con lo qué estaba pasando entre Jungkook y yo?

Tal vez por eso había tan pocos Maestros Omega. ¿Cómo podría negar mi propia biología?

En el vestuario, saqué la caja de primeros auxilios y limpié la pequeña herida en mi mejilla frente al espejo. Mis pensamientos fueron inmediatamente a Jungkook. Lo vi allí en el reflejo, lo imaginé de pie a mi lado, poniendo sus manos sobre mí, sus labios buscando mi cuello mientras sus dedos bajaban...

Un escalofrío de emoción levantó todos los pelos de mi cuerpo.

Esta mañana, había encontrado a Jungkook en la cocina haciendo su mejor esfuerzo para cocinar con un brazo libre Me hizo su propio desayuno pre entrenamiento especial, y me envió a clase con un beso. Un beso. Apenas podría creer lo feliz que me hacía todo. ¿Alguna vez había sentido ese tipo de felicidad antes? Lo dudaba, esto me había pillado completamente por sorpresa. Casi no se sentía real.

Y mira cómo esa felicidad me estaba afectando. Golpeándome en la cara.

Me costaba más cambiar. Pero cada vez que trataba de concentrarme, solo lo veía allí. Solo quería sentir su toque de nuevo, quería ir a casa y verlo. Quería explorar su cuerpo, y que él explorarse el mío. Todo se sentía tan bien. Era como la emoción de pelear, pero más intensa. No, era mejor. ¡Mas rápida! Quería que Jungkook me mostrara todas las cosas que me había estado perdiendo, evitando las relaciones para centrarme en el entrenamiento. Quería que me hiciera suyo, completa y enteramente. ¿Cómo se sentiría?

Siempre había sido el tipo de lobo que tenía que controlar las cosas. Yo no como esos Omegas delicados típicos. Nunca me había gustado la idea de tener un Alfa que me dijera qué hacer. Yo era el jefe, aquí que ¿cómo sería tener a Jungkook dominándome?