Entrar a esa sala con Seokjin fue una de las cosas más emocionantes que había hecho. Sentí que todos los ojos se volvían hacia nosotros. Vi los rostros conmocionados de mis amigos y de los muchachos con los que entrenaba, los mismos muchachos que se negaban a darle a Seokjin el respeto que merecía solo porque era un Omega. Todos eran tipos que me respetaban, y quería que vieran y supieran cómo me sentía sobre el hombre que estaba a mi lado.
Entre todos los murmullos y susurros, una voz de mierda de perro, la voz que había estado esperando, gritó.
—¡Mirad esto! —Martin salió para bloquear nuestro camino con sus amiguitos de risitas detrás de él—. Joder, Jeon. ¿Te he jodido tanto? —Se tocó la cabeza—. Nunca pensé que serías amante de los Omega.
—Vete a la mierda, Bellock —gruñí—. Ve a morder un hueso.
Intentamos pasarlo, pero él se movió para detenernos. Una pequeña multitud comenzó a formarse con el olor de una pelea en el aire.
—Tal vez no debería sorprenderme —dijo—. Después de todo, los hijos de puta en la clase perseguían ese apretado culo Omega. Demonios, incluso a mí no me importaría probarlo.
Todo mi cuerpo parecía entumecerse. Luego se calentó como la lava ardiendo en mi cráneo. Veía rojo. Iba a matarlo. Iba a matarlo jodidamente. No me importaba que mi brazo izquierdo aún estuviera jodido. Ni siquiera estaba pensando en eso. Di un paso adelante y luego sentí la mano de Seokjin sobre mi pecho. Me empujó hacia atrás.
Inmediatamente, mi mente se aclaró. Lo miré y me sorprendió la intensidad feroz en sus ojos azul hielo que abatieron brutalmente a Martin como dagas congeladas. Era el tipo de mirada penetrante que podía detener a un oponente y vi como Martin realmente daba un paso atrás. Su expresión cambió, e inmediatamente trató de ocultar su sorpresa.
Nunca había visto a Seokjin, ni a nadie en nuestra clase que pudiera lanzar esa mirada antes. No había ira. Era todo calma, intenciones de matar bien organizadas y muy concentradas. Solo había visto esa mirada en los ojos de los Maestros luchadores.
—Cuida tu boca —dijo Seokjin. Su voz se proyectó, llenando el pasillo—. Déjame recordarte dónde estás, Bellock. El Clan Gulch de Sangre puede haber comprado su camino hacia el poder, pero aún no eres nada al lado de los clanes más antiguos. La manada de Ice River y la de Crescent Jeon están unidas por mi matrimonio con Jungkook. Incluso alguien tan gilipollas como tú puede entender lo que eso significa.
Pude ver por el gruñido en la cara de Martin cuando lo entendió. Con nuestra fuerza combinada, la alianza entre nuestras familias convertía a nuestros clanes en dos de los más poderosos del país. Los padres de Martin ahora tendrían que rozar sus narices por el suelo por respeto a nuestros clanes, o de lo contrario corrían el riesgo de ser rechazados y arruinados.
—Ahora, podemos perdonarte por lo que has dicho sobre mí —continúo diciendo Seokjin—. Pero lo que le hiciste al hombro de Jungkook fue inaceptable. Hay una ofensa por resolver—Me miró y me di cuenta de a dónde iba con todo esto.
—Qué ofensa —dijo Martin, su voz un gruñido bajo. Anteriormente, había estado tratando de atraer a una multitud. Ahora parecía que no quería que nadie nos escuchara. Seokjin lo había destripado por completo sin tener que levantar un dedo— ¿Qué deseas?
—Retribución —le dije—. Te desafío a una pelea oficial, con nuestros líderes de clan como testigos.
Martin se enderezó, y esa mirada de tonta arrogancia apareció de nuevo. Entonces se echó a reír. —¿En serio? Como vas a pelear, estás jodido... Oh ya entiendo. Quieres que pierda a propósito, para llenarte de dignidad frente a mamá y papá, ¿no es así?

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Manada Jeon. Libro #1
De TodoDescripción dentro de la historia. Primer libro de la serie.