Odio recordar tu sonrisa haciéndote lucir tan genuino, la manera en que se entrecerraban tus ojos a través de los cristales de tus anteojos, tu fría mano entrelazada con la mía en un intento de entrar en calor, tu cabello perfectamente acicalado dándote esa apariencia prolija.
Detesto recordar tus tatuajes y saber su significado.
Odio recordarte en aquella canción.
Odio recordarte en aquel lugar en el que nos encontramos por primera vez.
Odio recordarte en esa banda que me enseñaste.
Odio recordarte en cada momento en el que lo pasó mal, porque ahí estabas.
Odio recordarte en cada momento feliz, porque ahí estabas.
Odio recordarte en cada cosa y no tenerte.
