II

26 4 0
                                    


Te conté cómo me trataron antes y lo mucho que me había dolido. Tú defendiste tu postura argumentando que no todos los hombres eran iguales.

Tenías razón.

Pero nunca especificaste qué existían aún peores personas, esas que decidían lastimarte deliberadamente y aún sabiéndolo no les importaba un poco, porque, claro, ¿cómo podrías sentirlo? Si no eres tú quien lo sufre sino quien lo causa.
Entonces lo tomaste como un reto que superaste fácilmente.

Mi culpa por indicarte donde dolía, pero, ¿cómo podría saber que justo ahí atacarías?

Nosotros nunca Donde viven las historias. Descúbrelo ahora