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So Hee no entendía el básquetbol, pero asistía a todos los partidos del equipo de su escuela. Se sentaba en las gradas, apartado de la multitud, y observaba cada partido de principio a fin. Ni siquiera celebraba las anotaciones de su equipo. Nunca le importaron las victorias o las derrotas. Para él, cada partido era especial, sin importar el resultado final.

En cuanto el partido terminaba, So Hee desaparecía rápidamente. Ninguno de sus amigos sabía que ir allí era su pasatiempo favorito, ni siquiera Anton, quien era su mejor amigo.

So Hee estaba seguro de que nadie haría preguntas, pero no quería que alguien se ofreciera a acompañarlo, puesto que temía que descubrieran que no comprendía el juego. Imaginaba la extrañeza con que Anton lo miraría.


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Más tarde, después de llegar a casa, So Hee veía los videos del partido que sus compañeros compartían en Instagram, pero sólo algunos recibían un like de su parte.

Aunque había asistido a los partidos de básquetbol durante dos años, todavía no conocía el nombre de algunos jugadores, lo cual era lamentable considerando que varios de ellos eran sus compañeros de clase. Jamás había hablado con alguien del equipo de básquetbol, y pensaba que era mejor así. Le daba miedo delatarse, por lo que se mantenía lo más lejos de ellos que podía. Sin embargo, a pesar de la distancia, su corazón se aceleraba cuando se cruzaba con ellos en los pasillos. 

𝐓𝐓𝐘𝐋♥ | 𝘙𝘐𝘐𝘡𝘌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora