"Got you, you got me"
So Hee tiene un crush secreto. Cree que nunca hablará con él, por lo que se conforma con mirarlo desde lejos. Sin embargo, todo cambia durante un partido de básquetbol.
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Aquella tarde So Hee se sintió muy deprimido. Nunca se había odiado tanto a sí mismo. Los reproches habían invadido su mente. "Eres un cobarde", "lo has arruinado todo", "has alejado a Eun Seok", "Eun Seok debe pensar que eres un idiota", "eres un completo desastre", "¿acaso te crees un personaje de k-drama?", "no eres capaz de hilvanar una oración coherente", "pareces retrasado".
So Hee ocultó el rostro en su almohada y se echó a llorar. Sus propias palabras lo atormentaban: "Cuando... estamos cerca..., y me miras..., bueno..., así como me estás mirando ahora..., yo... me siento..., mi pulso se acelera. Mi... mi corazón... late con tanta fuerza que duele. Y luego... mi mente se nubla".
"Eun Seok sólo estaba siendo amable conmigo y yo básicamente le dije que me gustaba"― pensó So Hee, queriendo morirse―. Ahora debe sentirse asqueado".
"Jamás le he gustado a alguien. No soy lo bastante interesante como para que alguien se interese en mí. ¿Por qué pensé que esta vez sería diferente? ¿Qué podría haber visto Eun Seok en un perdedor como yo?", continuó pensando, hundiéndose en una espiral de recriminaciones y preguntas sin respuestas.
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So Hee ignoró los mensajes de Anton. No tenía ganas de hablar con nadie. Necesitaba una tarde para sí mismo. La tristeza y la decepción necesitaban salir de su interior.
En la oscuridad de su habitación, So Hee trató de cantar sin éxito. Su voz se quebraba cada cinco segundos.
"¿Por qué soy tan tímido?".
"¿Por qué soy un inútil?".
"¿Por qué soy así?".
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Al día siguiente, Anton se dio cuenta de que los ojos de So Hee estaban hinchados y enrojecidos.
―Amigo... ―musitó, preocupado.
So Hee negó con la cabeza.
―No preguntes ―le pidió.
―Si es por Eun Seok... ―comenzó a decir Anton, pero, al ver que So Hee se cubría los oídos, se retractó―. Está bien. No quieres hablar de él.
So Hee le regaló una sonrisa de agradecimiento.
―Eres más complejo de lo que imaginaba... ―Fue el último comentario que hizo Anton al respecto.
