𝐓𝐓𝐘𝐋♥ | 𝘙𝘐𝘐𝘡𝘌

9

Después del partido, Eun Seok y So Hee salieron del gimnasio juntos y caminaron en silencio un par de metros.

―Supongo que no empezamos bien ―dijo Eun Seok de repente.

―¿Qué quieres decir? ―preguntó So Hee, frunciendo el ceño.

―Ni siquiera nos hemos presentado ―respondió Eun Seok.

―Oh..., tienes razón.

―Parece una tontería considerando que tú sabes mi nombre y yo sé el tuyo, pero...

So Hee dejó de prestar atención cuando Eun Seok dijo "yo sé el tuyo". ¿Cómo era posible que Eun Seok conociera su nombre? ¡Ni siquiera eran compañeros de clase!

―¿Me estás escuchando? ―inquirió Eun Seok, deteniéndose.

So Hee también se detuvo.

―Disculpa.

―Siempre estás distraído, ¿eh? Ahora entiendo por qué estás tan preocupado por los exámenes.

So Hee sonrió.

―Lo siento.

Eun Seok le tendió la mano.

―Soy Eun Seok ―se presentó.

So Hee dudó un momento, pero finalmente estrechó la mano de Eun Seok.

―Yo soy So Hee ―dijo.

Eun Seok agitó la mano de So Hee y luego la soltó. So Hee se miró la palma de la mano. No podía creer que hubiera tocado la mano de Eun Seok.

―Ahora vas a explicarme cuál es el problema ―exclamó Eun Seok, haciendo que So Hee se sobresaltara.

―¿El problema?

―Sí. ¿Te desagrado? ―lo interrogó Eun Seok.

―¡No! ―So Hee pronunció la palabra con excesiva vehemencia―. Es decir..., claro que no ―añadió con voz más serena.

―Entonces, ¿por qué te has mirado la palma? ¿Te da asco haber estrechado mi mano?

―No, no...

―¿Acaso mi mano estaba pringosa por las palomitas?

So Hee negó con la cabeza.

―Si no sientes desagrado o asco..., ¿por qué actúas tan raro cuando estás conmigo? ¿Normalmente eres así? ¿Siempre te asustas con tanta facilidad? ¿Eres un poco paranoico por naturaleza?

Eun Seok hablaba muy deprisa. Sus preguntas se sentían como impactos de bala. 

―Yo...

―¿Te asusto, So Hee?

So Hee volvió a negar con la cabeza.

―Dilo o no te creeré.

So Hee fulminó a Eun Seok con la mirada.

―No me das miedo.

―Fantástico ―dijo Eun Seok, reanudando la marcha.

So Hee no lo siguió. Se quedó mirándolo hasta que al final se atrevió a gritar:

―¿Crees que eres el único que tiene preguntas?

Eun Seok se dio la vuelta. No parecía sorprendido ni tampoco incómodo. So Hee lo odió por ser tan seguro de sí mismo.

―Haz tus preguntas ―lo desafió Eun Seok, enarcando una ceja.

―¿Por qué insistes en hablar conmigo?

―Porque quiero. ¿Tienes algún problema con eso?

―Sí.

―¿En serio? ―La decepción en aquella pregunta fue más que evidente. 

So Hee se sintió culpable. 

―O sea, no, pero... hasta la semana pasada nunca habíamos hablado y...

―Nunca es tarde para empezar, ¿no crees?

Eun Seok se había ido acercando a So Hee a medida que hablaban.

―¿Por qué le das tantas vueltas al asunto, So Hee? Simplemente somos dos estudiantes que apoyamos al equipo de básquetbol de nuestra escuela. No es nada especial.

So Hee tragó saliva, sintiéndose como un idiota.

―Bueno, si lo vemos desde esa perspectiva...

―Es la única perspectiva que hay ―le espetó Eun Seok―. ¿En qué estabas pensando, eh?

So Hee se ruborizó al instante, haciendo reír a Eun Seok.

―Está bien, está bien ―dijo Eun Seok, tratando de dejar de reírse―. Te dejaré en paz por hoy.

So Hee se enfadó.

―¿Disfrutas molestando a los demás?

―¿Crees que te estoy molestando? ―So Hee no respondió―. He sido amable contigo todo el tiempo.

So Hee no pudo negarlo.

―Nos vemos en la escuela, So Hee ―se despidió Eun Seok.