PARTE 13

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5 años atrás...

Un equipo de médicos y enfermeras corrían por el pasillo, llevando una camilla con un cuerpo inmóvil.

—Rapido, ¡traigan más médicos! —gritó uno de los médicos.

El pequeño cuerpo sobre la camilla parecía estar sin vida. Heridas profundas y sangre de un color oscuro, casi negro, cubrían su cuerpo y rostro. Las venas sobresalían bajo su piel pálida, y sus ojos rojos parecían contener lágrimas no derramadas.

Pero lo que más llamaba la atención era el cuchillo incrustado en su pecho, justo sobre el corazón.

Cualquiera diría que estaba muerto y dejarían ahí el cuerpo totalmente resignados. Pero no, aún respiraba débilmente, había todavía una oportunidad. Era increíble.

Vicente, un hombre de unos 35 años con cabello oscuro y ojos cansados, se acercó a la camilla, mirando al joven con una mezcla de sorpresa y curiosidad.

—Es un milagro —dijo Vicente—. Pensé que estaba perdido.

La jovencita, de aproximadamente 17-18 años, con cabello castaños  y ojos marrones, se acercó a Vicente.

—¿Cree que va a sobrevivir? —preguntó la jovencita. Vicente asintió.

—Sí, hay una posibilidad. Los médicos están haciendo todo lo posible —dijo Vicente.

Empezaron a charlar.

Vicente hablaba en tono bajo, pero firme, mientras daba instrucciones a Emilia. Sin embargo, ella lo interrumpió, su voz llena de preocupación.

—No podemos hacer esto, no estoy de acuerdo —dijo Emilia.

Vicente se volvió hacia ella. —No te estoy dando opciones, Emilia— respondió.       —Lo harás.—

—Pero tiene derecho a saber la verdad—insistió Emilia.

Vicente se rió con ironía.—¿Qué verdad? ¿Que lo encontramos tirado en el suelo, abandonado como un animal? ¿Que probablemente sus amigos están muertos, si es que tenía alguno? —su voz se elevó—. ¿No viste cómo quedó la ciudad? ¡Piensa un poco, Emilia!

Emilia se sintió abrumada por la emoción.

Vicente se dirigió hacia la puerta, sus zapatos resonando en el silencio.

—Empieza con lo tuyo, ahora— dijo antes de salir y cerrar la puerta con fuerza.

La habitación quedó en silencio, solo interrumpido por el sonido de la puerta que aún resonaba en los oídos de Emilia.

Emilia habló entre dientes, su voz baja pero llena de enojo. —Viejo... por eso ya tienes canas —susurró.

La puerta ya estaba cerrada, pero Emilia sabía que Vicente la había escuchado. Su comentario había sido un golpe bajo, destinado a herir.

Emilia se sintió un poco mejor después de desahogarse, pero la rabia y la frustración aún bullían en su interior. ¿Por qué Vicente siempre tenía que ser tan autoritario y desconsiderado?

Se acercó a la ventana y miró hacia fuera, la ciudad en ruinas se extendía ante sus ojos. ¿Qué había pasado allí?

Emilia.

Estaba allí, en la habitación, después de que Vicente me dio esas órdenes absurdas. Me sentía tan frustrada y enojada. Me decía a mí misma: '¿Qué se supone que tengo que hacer ahora? Operar a este chico para que olvide todo y luego presentarme como su amiga? ¡Es ridículo! Ni siquiera lo conozco'.

Me senté en una silla, cubriéndome la cara con las manos. Pensaba en cómo había llegado a este punto. Estaba atrapada en ese lugar, haciendo cosas que no quería, mintiendo a personas que ni siquiera conocía. Y ese chico... ¿Qué pasaba con él? ¿Qué le habíamos hecho?

¿WHO ARE YOU? (Newtmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora