Relato 1:
Buscabas en sus ojos lo que desprendían los míos. Imaginabas que te sonreía como yo sí lo hacía al verte todo el tiempo. Tu humor era infantil para ella, yo me reía a escondidas de tus chistes imperfectos. Sólo quieres ser su príncipe, no su fiel sirviente. Quizás te equivocaste de castillo y llamaste a la puerta incorrecta, pues yo llevo mucho tiempo mirándote desde mi ventana vestida de princesa.
Relato 2:
Fui invisible para ti hasta que tú lo fuiste para ella.