9~ 𝓒𝓪𝓵𝓵𝓮 - 𝓟𝓸𝓬𝓱𝓮́

438 61 4
                                    

Sentada a salvo a dos cabinas de la de mi hermana y el resto de los demás, James y yo nos sentamos, bebemos, y nos llegamos a conocer el uno al otro en nuestro cómodo entorno.

—Entonces tienes dos hermanas. Una es la castaña gritona de ahí, y la otra es una peluquera que está en Los Ángeles. Tus padres siguen vivos y peleando, y siguen juntos después de veinticinco años. —Me echa un vistazo—. ¿Capté todo bien?

Asiento sonriendo con mis ojos.

Me dice:

—Bueno mi familia en realidad sólo consiste de dos personas. Sólo somos mi hermano, Harry y yo. Nuestros padres han muerto. Papá, cuando Harry era un bebé, y mamá hace solo un año. —Justo cuando estoy a punto de dar mis condolencias, murmura—: De verdad no estabas bromeando cuando dijiste que eran como familia.

Doblando mi popote, sonrío cálidamente.

—Nunca había sido parte de la familia hasta hace poco. Muy poco. Sam lo era, y mi hermana lo era, así que creo que cuando le dijeron a los chicos que iba a estar viviendo aquí —me encojo de hombros—, como que me incluyeron.

James me responde, pero mira por encima a la cabina llena de las chicas y los chicos, riendo.

—Debe ser agradable. —Miro a la cabina también y sonrío a la escena que ellos ni siquiera saben que están haciendo. Añade—: Que te incluyan justo como eres.

Me giro hacia él.

—¿Puedo ser franca? —Asiente, inclinando su cerveza a su boca. Murmuro—. Es jodidamente genial.

Suelta una carcajada en su cerveza y yo río. Se golpea en el pecho con el puño cerrado y jadea:

—Boca sucia. —Entonces alza su pulgar hacia mí—. Lindo.

Aun riendo, me encojo. ¿Con quién diablos se me ocurrió que estaba tomando una bebida?

—Lo siento. No estoy dando exactamente la mejor impresión. Especialmente desde que se supone que debo de estar dando una buena impresión. Yo sólo… creo que simplemente me haces sentir como si pudiera hablar libremente contigo, ¿sabes? —Miro hacia la mesa. Mis mejillas arden mientras murmuro—: Ya me siento bastante cómoda contigo.

Una mano cálida cubre la mía. Le echo un vistazo. Él confiesa:

—El sentimiento es mutuo. En lo que a mí respecta, mientras estemos fuera del horario, puedes maldecir como un maldito marinero y verter ron por tu garganta. Está bien.

Con los ojos llenos de asombro, confieso:

—Creo que acabo de enamorarme de ti un poco.

Suavemente se inclina hacia atrás en la cabina y me dispara con el dedo como una pistola.

—Suele suceder.

No podría quitar la maldita sonrisa de mi rostro si lo quisiera. No es que lo quiera.

Creo que trabajar con James Whittaker será una delicia.

-

-

-

𝓟𝓞𝓥  𝓟𝓸𝓬𝓱𝓮́.

El sonido de una vibración me despierta. Me giro para ver el reloj. 1:14 a.m.

¿Qué carajos? Abro el mensaje enviado por Leo.

Leo: No es que te importe ni nada.

Adjuntada está una foto. Los cabellos en la parte posterior de mi cuello se alzan. Bueno, ella no desperdicia el tiempo, ¿verdad? Calle, viéndose como un ángel, se inclina sobre una cabina, riendo. Su mano descansa sobre el brazo de un hombre. Él está sonriéndole, mirándola como si fuera la chica más hermosa en el mundo.

Sugar RushDonde viven las historias. Descúbrelo ahora