Capítulo 6

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Seokjin estaba consciente de lo mucho que había herido a Jungkook y de paso a Namjoon. Las palabras de su mentor calaron en lo más profundo de su corazón. Él sentía una gran admiración por su CEO, a pesar de la diferencia de edad, eran amigos. Juntos habían llevado a BigHit a ser una gran agencia y ganarle a las "tres grandes", pero ahora lo había decepcionado. Y no sabía cómo arreglar todo el daño causado.

Llegó a su departamento abatido y encontró a Jungkook guardando su ropa en una maleta. Sin importarle la prohibición de entrar se acercó a la pieza del más joven.

—Jungkook, hablemos, yo lo siento...

—¿Hablar Seokjin? Y ¿De qué te gustaría hablar? ¿De cómo arruiné tu perfecta existencia cuando se me ocurrió debutar hace un año? O de ¿cómo tienes que aguantar los platos sucios que dejo tirados en tu inmaculada cocina?

—Jungkook no...—Seokjin intentó interrumpirlo.

—¡No tú, Seokjin! Estoy harto. Te admiraba, no mentí cuando te dije que era cantante por ti. Seguí toda tu jodida carrera, eras mi ídolo. Pero ahora me doy cuenta que todo en ti es falso. Por un momento esa noche de mi pesadilla casi me engañas haciéndome creer que yo te importaba, pero no era así—. Lágrimas comenzaban a caer sobre el rostro de Jungkook—. Hoy con tus palabras me recordaste a mis padres, ellos también me dijeron que estaban hartos de mí. "Estaban hartos de tener un hijo marica", fueron sus palabras exactas antes de echarme de casa. Me odiaban y me odian por ser homosexual.

Al escuchar esto Seokjin quedó asombrado y no supo que decir o hacer. Quería decirle a Jungkook tantas cosas, pero no sabía cómo.

—Pero quédate tranquilo Jinnie, no tendrás que aguantar en tu casa un mocoso molestoso, sucio y maleducado, que además resultó ser gay. Gracias por recibirme en tu inmaculado reino Kim Seokjin, imagino que inevitablemente nos veremos por ahí...—Y sin decir más ni permitir que Jin dijera algo, salió del departamento seguido de Sejin que no había querido intervenir. Sólo llamó a Namjoon para informarle lo sucedido.

Jungkook lloró todo el camino en el hombro de su manager. Al llegar al departamento de Tae y Jimin, continuó llorando, hasta que los chicos le dieron su medicamento, temían que tuviera un ataque de pánico. Finalmente se durmió, con Jin en su cabeza.

Jin llamó inútilmente al celular de Jungkook, de Jimin Y Tae, pero nadie contestó. Él quería disculparse, pero nadie lo escuchó.

Al día siguiente, al llegar a la agencia, buscó a Jungkook, pero fue imposible encontrarlo. Parecía que todos se esmeraban para que él no pudiese encontrarse con el menor. Logró ubicar a Jimin y Tae, pero éstos apenas lo saludaron, sin darle oportunidad de preguntar por él. Seokjin entendía, estaban molestos, enojados por las palabras hirientes que había dicho.

Pasó una semana, sin que tuviera oportunidad de hablar con Jungkook, se había topado con él en varias oportunidades en los pasillos, a la salida de la sala de ensayos, pero siempre el menor agachaba la cabeza y continuaba su camino. Un dolor comenzó a invadir su corazón. Su carrera continuaba magníficamente, pero sentía que le faltaba algo, él tenía que reconocerlo, extrañaba a Jungkook. Llegar cada noche a su departamento vacío le provocaba un tremendo sentimiento de soledad. Si bien cuando el chico vivía con él, prácticamente no le hablaba, sentir su presencia le hacía bien. Hasta extrañaba el pequeño caos que el chico, provocaba cada noche en su cocina, cuando calentaba su comida.

Entró a la oficina de Namjoon sin siquiera golpear, aun cuando la secretaria trató de detenerlo. El necesitaba que su jefe lo escuchara. El CEO levantó la vista, cuando sintió la puerta de su oficina ser abierta con violencia y su secretaria tratando de detener al inoportuno visitante.

—¡Seokjin!, ¿Cómo entras así a mi oficina? ¿Sucedió algo?—. Namjoon miraba con curiosidad a un agitado Jin.

—Necesito que hablemos de Jungkook, ya no puedo esperar más, por favor Namjoon-Nim—. El uso del honorifico causó gracia en Nam, pues Jin jamás los usaba con él, a menos que estuvieran en presencia de otros o quisiera pedirle algo.

—¿Y qué es lo que quieres hablar de Jungkook?, porque si me vas a pedir que lo despida o alguna estupidez parecida, será mejor que salgas en silencio de esta oficina.

—No es eso Namjoon. Es sólo que necesito hablar con él, desde que pasó aquella discusión y lo sacaste de mi departamento, no ha querido verme y yo...yo necesito decirle algunas cosas —. Jin comenzaba a sentirse un poco avergonzado, pues sabía que tendría que exponer parte de sus sentimientos y eso a él le costaba, aun cuando fuera con alguien en quien confiaba plenamente.

—Seokjin, la última vez que abriste tu boca delante de Jungkook, lo insultaste y lo heriste mucho. No quiero que vuelva a ocurrir. Si en ese momento no tomé ninguna medida disciplinaria contigo, fue porque el propio Jungkook me pidió que no lo hiciera. He dado instrucciones para que sus agendas no se topen, así como sus horarios. Todo con el ánimo de evitar nuevas confrontaciones.

—Sé que la última vez me comporté como un gran idiota, tú mismo lo dijiste, soy un imbécil. Pero tus palabras me hicieron pensar. Preguntaste que habías hecho mal y dónde estaba el Jin amable que conociste. Pero tú no has hecho nada malo, soy yo, hyung, soy el único responsable. Cuando comencé a recibir odio al principio de mi carrera, pensé que lo correcto era endurecer mi corazón, y me dio resultados. Luego el éxito llegó y no quería perder nada de todo eso que me costó tanto. Pero me doy cuenta que tomé un camino equivocado y quiero arreglarlo.

—Jin, ¿recuerdas lo que te dije en ese tiempo?, te dije que no hicieras caso de los malos comentarios. Cuando Yoongi, Hoseok y yo comenzamos, recibimos tanto odio, ¡hasta de mi cabello se burlaban!, pero nos mantuvimos firmes y con la esperanza de revertir esos malos comentarios con la fuerza de nuestra música. Tú también lograste revertir esos malos comentarios, con tu talento y personalidad. Jamás debiste desviarte de ese camino.

—Ahora lo sé, jamás había visto a alguien tan herido como a Jungkook la noche que salió de mi departamento. Me dijo muchas cosas que son verdad, pero otras no lo son. Y quiero que él lo sepa. No quiero que piense que lo rechazo o que lo odio. Por favor Nam, llámalo ahora y permite que hable con él.

—Está bien Seokjin, confío en ti. Lo mandaré a llamar, pero no te puedo garantizar que él quiera escucharte o... perdonarte.

—Lo sé, ni siquiera busco su perdón, o tal vez sí, sólo quiero que sepa que ante mis ojos, él es un chico muy talentoso y yo un envidioso. Jungkook es dulce y amable con todos, incluso conmigo lo fue y yo me porté como un tonto.

Namjoon vio la sinceridad de Seokjin, intuía que tal vez, ahora sí lograría que ese par pudieran convivir en paz. Tomó su celular y llamó a Sejin, para que trajera a Jungkook a su oficina.

—Cuando llegue los dejaré solo, voy a confiar en ti Jin, en que no dirás nada que pueda herirlo o incomodarlo.

—Lo prometo hyung, gracias por escucharme y permitirme hacer esto—. En el momento que terminaba su frase, golpearon la puerta de la oficina de Namjoon, éste gritó un "adelante" y la cabeza, ahora color cereza de Jungkook apareció.

—¿Querías verme hyung?—. Jungkook no se había percatado de la presencia de Jin, sino hasta que entró por completo a la oficina del CEO y cuando lo vio, su sonrisa desapareció.

—Pasa Jungkook y siéntate. Te he mandado a llamar, porque Seokjin quiere hablarte.

—Yo no tengo nada que hablar con él, no me interesa—. Jungkook seguía parado y sin mirar a Jin.

—Jungkook—se acercó Namjoon al menor—te lo voy a pedir como un favor hacia mí. Sólo escúchalo, si después de esta conversación no quieres que te hable más, adoptaré todas las medidas necesarias para que así sea.

—Está bien Namjoon-hyung, lo haré por ti—. Nam le dedicó una sonrisa y mirando seriamente a Jin, salió de la oficina.

Ambos chicos se miraban sin decir palabra, la tensión era evidente, Jin sabía que debía tomar la iniciativa, después de todo, él había pedido hablar.

—te queda muy bien ese nuevo color de cabello—. Fue lo primero que se le vino a la mente decirle al hermoso chico que tenía delante suyo. Jungkook se sonrojó y miró a Jin, extrañaba esos lindos ojos color avellana.

Viviendo Con Mi EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora