Viviendo Con Mi Enemigo

Capítulo 11

Despertar pegado a Jin no era novedad para Jungkook. Cada mañana, procuraba despertar antes que su mayor, para que éste no notara cómo su nariz rozaba su cuello o su pierna caía encima de las de él, pero esta mañana era diferente. No sólo estaba pegado a él, apoyando su cabeza sobre su pecho, sino que además, éste lo rodeaba con sus brazos y lo mantenía atrapado. Trató de moverse un poco, pero en el intento, Jin pareció despertar y lo apretó un poco más.

—¿A dónde vas Kook?, hoy es sábado y tenemos libre. Necesito que te quedes aquí, ya no tienes que huir cómo lo hacías antes. Soy tuyo y tú eres mío, así es que a menos que quieras ir al baño, te prohíbo que te muevas.

—¿Lo sabías?, ¿acaso despertabas cuando me levantaba más temprano cada mañana para no sentirme avergonzado por despertar pegado a ti?

—Claro que sí tontito. Te sentía cada mañana. Muchas veces desperté antes que tú y te veía pegado a mí durmiendo. Trataba de no moverme para que no te despegaras. Hasta que despertabas y huías de la cama.

Eres un hyung malo, Seokjin —Jungkook se enderezó y miró a Jin, quien ya le regalaba la mejor sonrisa con la que podría despertar.

—Bueno yo tampoco quería incomodarte. Pero en realidad resentía cada vez que te ibas de mi lado. Necesitaba tu olor, sentir tu aliento en mi cuello. Y verte dormir así me llenaba de dicha. Por eso ahora no te vayas, ahora puedo olerte todo lo que yo quiera, es más puedo besarte sin siquiera pedir tu permiso —Y enderezándose también, lo besó
suavemente. Quería quedarse pegado en los labios de Jungkook, era un mocoso tan lindo, tan varonil, dulce.

Cuando al fin despegaron sus labios, Jungkook se dejó caer otra vez sobre el pecho de Jin. Estaba tan feliz. Pero Seokjin, aún tenía algo que decir, así es que hizo que lo mirara directamente a los ojos.

—Escucha, anoche no te lo dije, es decir, sé que dije que estoy enamorado de ti, pero quiero que entiendas que esto no es algo pasajero o superficial. Yo necesito decirlo, porque jamás lo he dicho antes y ahora estoy seguro: Te amo Jungkook —. Jin miraba muy seriamente a su chico, esperando alguna reacción. Era cierto, el jamás le había dicho a nadie esas palabras, porque jamás había tenido el sentimiento que ahora sentía. Nadie había logrado romper cada una de las barreras que Seokjin se ponía para entregarse y confiar. Pero en el último tiempo, había aceptado sus errores, reconocía sus talentos y se aceptaba tal como era. Y ahora era capaz de amar, y se sentía feliz que su corazón hubiese escogido al que una vez consideró su peor enemigo.

Jungkook, escuchó la confesión y sus ojos se cristalizaron. ¿Jin lo amaba?, eran las palabras más anheladas por él, desde hace años, cuando vio a ese lindo debutante cantar como un dios. Probablemente lo amaba desde ese entonces, primero como un lejano ídolo, pero al que hoy podía tener justo frente a él.

—Seokjin, yo... ¡me haces tan feliz!, ¡te amo tanto!, tantas veces tuve ganas de decírtelo. Todo esto es como un sueño. No creí que llegarías a amarme cómo yo lo hacía —. No pudo evitar que unas lágrimas cayeran, después de todo lo que había pasado, al fin podía sentir que la vida le sonreía y que era feliz.

—Lamento tanto haberte herido Kook, cuando te vi por primera vez, pensé que eras el chico más lindo del mundo, pero mis miedos y egoísmo, me hicieron bloquear toda la atracción que sentía por ti y mirarte como mi enemigo. Espero que me puedas perdonar. Prometo que borraré todos esos malos momentos, te amo mi amor, mucho —. No pudo evitar llenarlo de besos, tomaba su boca una y otra vez, su rostro y su cuello.

—Ya no importa Seokjin, nada importa. Somos tú y yo, y quiero que sepas que me haces feliz, y que te perdoné hace mucho.

Estuvieron un rato más en la cama, simplemente abrazados, con pequeños besos. Seokjin, sentía unas ganas tremendas de tomarlo y profundizar sus caricias, pero podía sentir la tensión en el cuerpo de Jungkook cuando lo intentaba. No quería incomodarlo, no sabía que tanta experiencia sexual tenía y no quería empujarlo a una situación no deseada.