Siempre damos todo de nosotros, ¿no es así?
Y no solo hablo del amor; hablo de nuestra vida.
Damos todo en cada situación.
Odio generalizar, pero esta generación me obliga a hacerlo.
Y es que la mayoría nos sentimos como adolescentes incomprendidos por padres que nunca fueron educados para ser buenos en ello.
Esto no les resta importancia, pero creo que se nos olvida que ellos también son humanos y que
cometen errores.
Si bien, hay cosas que se perdonan y no se olvidan; cosas que no perdonas y no olvidas; cosas que perdonas y olvidas.
Tampoco creo que necesites perdonar para avanzar, pero soy creyente de que perdonarse a sí mismo es necesario para retomar tu camino.
En cada uno de nuestros caminos, conocemos personas que vienen a enseñarnos algo.
Nos dan un pedazo de ellos, y con ello decidimos si se van o se quedan.
A veces solemos perder amistades que creemos verdaderas, pero al final solo hablan mal de ti a tus espaldas.
Perdemos seres queridos, y duele más extrañarlos porque, si un día necesitas de él, ya no podrás verlo otra vez.
Perdemos lazos, lazos que nos conectan con nuestros padres y tal vez con todos nuestros familiares.
Perdemos amores, amores que creemos eternos, pero que se acaban en un pestañeo.
Perdemos mascotas, una gran parte de nuestra niñez; es difícil asimilar que llegas a casa y ya no están más.
También solemos perdernos.
Un día podemos ya no recordar lo que es ser realmente feliz.
Un día ya nada nos apasiona, nada nos estremece.
Simplemente te pierdes.
Te puedes perder por perder a alguien, porque tal vez para ti no es tan fácil dejarlo; desprenderse de alguien puede sonar agobiante.
Pero a veces es más agobiante seguir manteniendo comunicación con una persona que no está del todo interesada en tenerla contigo.
Hay experiencias que te marcan de por vida, de formas diferentes.
A veces la experiencia te deja una huella para recordarte que realmente estuviste en esa situación, como una cicatriz, una marca que tal vez se quedará contigo por el resto de tu vida.
Pero pienso que el corazón también tiene las suyas.
Hay heridas que se hacen y no se borran; solo aprendes a vivir con ellas, aprendes de ellas.
Magari, para mí, son todas esas heridas que puede tener tu corazón.
Dime, ¿alguien te ha roto el corazón?
¿Tu madre, tu padre, algún novio, amigo o familiar lo hicieron?
Cuando hablamos de un corazón roto, podemos pensar que una pareja, relación, incluso un "casi algo", pudieron hacerlo.
Pero, ¿qué pasa cuando te rompe el corazón un familiar o un amigo?
¿Eso cuenta?
Tratar de ser suficientes para todos, excepto para nosotros mismos, es desgastante. ¿Qué es lo perfecto?
Nunca lo seremos; nada es perfecto, ni siquiera el tiempo.
"Magari" es una palabra en italiano que significa "ojalá" o "tal vez", y se utiliza para hablar de un deseo, algo que realmente te gustaría que sucediera.
Magari, en otra vida, somos suficientes para nosotros mismos.
Magari, en otra vida, no nos importa lo que piensan los demás de nosotros.
Magari, todos sanaremos esas heridas que tiene nuestro corazón, esas de las que no hablamos con nadie, pero que todo el tiempo tenemos presentes.
Espero que comencemos a valorarnos por lo que somos, damos y creemos.
Si ayer alguien te lastimó, recoge los pedazos de tu corazón y avanza.
No te estanques en la idea de lo que pudo haber sido y no fue.
Busca ayuda si la necesitas; sanar no es un camino fácil, pero sí es posible de lograr.
Ojalá sanes a tu tiempo, sin presiones, sin idealizaciones de lo que es sanar.
Tal vez en unos meses volvamos hacia atrás en el tiempo y podamos hablar de eso que nos duele, pero ahora sin que duela.
Este es el último capítulo. Muchas gracias por acompañarme en este camino. No olvides votar, me apoyas un montón haciéndolo.
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Magari
Poetry"Magari" es un libro de pequeños fragmentos, en su mayoría, un libro que contiene poesía y un poco de psicología. Es un libro para sentirse abrazado e identificado por las palabras, por los versos, por las prosas; un libro que puedes tomar como guía...