- Capítulo 3 -

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Amber

¿Quedé como la mala?

Esa mujer se va indignada cuando le dije lo que pensaba de ella, que había sido muy estúpida al pelear con el ladrón. ¿En qué estaba pensando? Cualquiera hubiera soltado el bolso para salir de esa situación.

O se quedan como Sofi para seguir peleando...

Me acerco a la ventana y veo a esa mujer saliendo del edificio aún débil.

Es una tonta... ¿Por qué no se quedó? En su condición es peligroso que ande así por las calles, cualquiera se puede aprovechar de eso.

Espero a que tome un taxi, pero ella comienza a caminar por la calle. Sé que la zona es segura, pero se ve que es capaz de caminar hacia su casa. Mi celular vuelve a sonar y noto que es Valentina, voy tarde a la cena con ella.

Tomo mi bolso y salgo del departamento para dirigirme hacia mi auto. No quiero ir a la cena, pero debo seguir fingiendo que me gusta, también así puedo aprovechar a llevar a esa mujer a un lugar seguro.

Manejo unas cuadras hasta que logro divisar a la mujer caminando, bajo la velocidad del auto y la sigo dejando distancia de por medio para no asustarla, hasta que veo que dos hombres aceleran el paso para llegar a ella.

Ella se da cuenta y cruza la calle para evitarlos, pero ellos hacen lo mismo y es cuando les aviento el carro para asustarlos. Los hombres comienzan a insultarme y ella aprovecha para adelantarse hasta perderse en la esquina, cuando desaparece de mi vista nuevamente les aviento el carro y salen corriendo.

Patéticos.

Continúo manejando hasta llegar a la esquina donde ella está parada mientras maldice su celular. Es divertido este juego, pero debo apurarme ya que mi celular va a explotar con las llamadas de Valentina.

Bajo la ventanilla a lo que ella abre los ojos sorprendida, pero al verme rueda los ojos.

-¿Algún problema? - digo divertida y ella suspira.

-Me quedé sin batería y no sé dónde estoy.

-Sube.

-No es necesar-

-No te estoy preguntando - digo seria - Es noche, estás débil y no sabes dónde estás. Sube y te llevo al lugar que quieras - me fulmina con la mirada y se cruza de brazos como si hiciera berrinche - Por favor - una pequeña sonrisa se asoma y camina hacia el lado del pasajero.

-Gracias - dice en voz baja y se sube al auto.

-Pon el GPS y te llevaré a ese lugar - me ignora mientras su vista está enfocada en la ventana.

-¿Qué tan difícil es decir "por favor"? - sigo manejando por la ciudad a una buena velocidad y escucho un bufido.

-La que te está haciendo el favor soy yo. - digo divertida al ver que es fácil sacarla de sus casillas.

-Entonces detén el auto, no me gusta deberle nada a nadie - arqueo la ceja.

-Deja de comportarte así y haz lo que te digo.

-Detén el auto o me tiro - suelto la carcajada.

-Quiero ver que lo hagas - la reto con la mirada y en el momento en que me encuentro con esa mirada verdosa es que noto que está muy seria, como si de verdad lo fuera a hacer.

Veo hacia el frente y la calle está vacía, mi mirada vuelve a la suya y sin romper el contacto visual ella abre la puerta del auto.

Si quiere jugar, entonces juguemos.

Traición en las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora