Capítulo 13

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-...You &' I, We are born to die...-Leila susurraba en el camión escolar, y al darse cuenta de mi presencia se quitó los audífonos.
-¿Qué tal?- Saludó cortésmente.
-Nada nuevo, ¿Y tú?- Le seguí la plática.
-Mis padres...se van al Amazonas por casi 10 meses.- Dijo algo emocionada.
-¿Y eso te alegra?- Pregunté con el entrecejo fruncido.
-Imagínate, casi un año sin órdenes más que por teléfono.
-¿Y de dónde sacarás dinero para pagar por un año los servicios?- Le pregunté un tanto obvia.
-Cariño, tengo el suficiente dinero para eso. Y creo que mas tarde van a llamar a tu mamá.

Al llegar al Instituto, nos dirigimos a nuestros casilleros y cambiamos nuestros libros. Ambas teníamos química, así que nos fuimos juntas.
-Buenos días.- Entró la maestra y nos levantamos de los asientos para saludarla.
Nos puso a hacer un resumen, pero no podía concentrarme, pensaba mucho y eso lo peor. Porque cuando comienzas a pensar, no vas a poder parar, y lo que piensas no son cosas buenas, curiosamente, piensas sobre todo lo malo que te ha ocurrido.

Pasadas las clases, llegó la hora del receso.
Cuando fui a tirar mi charola, Brandon me jaló levemente uno de mis rizos.
-Me encanta tu cabello.
-Gracias.- Dije con indiferencia. Y él sonrió de lado.
-Eres muy hermosa...- Me dijo Brandon y bufé.
-Okay...Si es una broma, creeme que no caeré. Ya me cansé de ustedes, malditos populares. ¿Creen que por estar en el equipo de fútbol pueden tratar así a las mujeres?- Le contesté furiosa y caminé con Leila, para levantarla y salir juntas de la cafetería.

Sentía las miradas sobre mí, no podía aguantar eso. No me gustaba. Detestaba que me miraran más de lo debido. Sentía que observaban cada milímetro de mi cuerpo, cada delgado cabello, cada diminuta peca...y que lo hacían para criticarme.

Al salir de la escuela, baje con Leila del autobús en mi casa.
Mi mamá le explicó en la cena las reglas de la jugada que dejaron sus padres, y dijo que podría pasar conmigo las noches.
Y un extraño pavor me heló la sangre. ¿Creen que es bonito que alguien te escuche llorar y hablar sola?
En la noche, Leila se fue a dormir a la habitación de invitados.

Todo fue rutinariamente igual en la mañana, y juntas abordamos el autobús.
-Creo que ya me harté de mis padres...- Escuché la plática de Joseline.
- O tal vez, ellos se aburrieron de ti...- Susurré más para mí que para ella, y, como si fuera la niña del exorcista, Joseline se volteó para verme.
-¿Qué acabas de decir?- Dijo con enfado. Era hora de callarse, bajar la mirada y negar. Pero no en mí. Ya,me cansé de que siempre tenga que obedecerle y temerle. Yo, Mérida Hamilton seré la pesadilla de Joseline. O lo intentaré.
-Lo que oíste. - Contesté viendo mis uñas.
-Te vas a arrepentir, perra...- Masculló entre dientes, y yo sonreí.
-¿De qué mis padres me quieran más que los tuyos?- Dije con burla y Leila me miró frunciendo el ceño.
-¡Já! Como tu padre vive contigo, ¿verdad?- Contestó, y el típico uhhh se hizo presente.
-Tal vez ya no vivimos juntos, pero me da amor y cariño, lo que te falta.- Contesté y el uhhh fue más intenso. Ella se volteó y se acomodó en su asiento.
-Mejor que haya una loca que dos.

Me voltearon a ver expectantes. No lloré. No bajé la mirada. No hice nada. Sólo sonreí.
-Muchas gracias, si no me dices, jamás me enteraría de mi loquera. - Dije con sarcasmo.
-Callate, zorra.

-¿Zorra?La única que se a follado a los del equipo de fútbol eres tú, no Mérida. - Contestó Leila y me miró.
-¿Qué te metes, perrita faldera?- Contestó Joseline y la miré.
-La perra hablando de orejas...-Respondió Leila.
-¡Cállate, puta!- Chilló Joseline. Yo la miré con ironía.
-Todos sabemos que la puta del instituto eres tú.- Respondió una chica del autobús, y varios dieron respuesta afirmativa.
Joseline y sus dos amigas bajaron en la parada próxima y varias hurras se escucharon en mi nombre.

Las clases fueron normales, Brandon me envió una nota con un "Mérida, heres muy ermosa, x q me icnoras?
Attee: tu proccimo nobio, Brandon."
Y me reí a carcajadas, ni siquiera sabe escribir y quiere ser mi novio.
"Brandon, aprende a escribir. Si tus besos son como tu ortografía...darías pena.
Atte: Mérida Xx. "
Cuando vió la nota, frunció sus cejas e hizo bolita el papel.

-Señorita Hamilton. Debe tener un asunto más importantes que las ecuaciones, ¿verdad?- El maestro me regañó y yo negué.

Todos me miraban con orgullo, como el que al fin desterramos a la arpía del trono. Le mostré al mundo su lado débil. Era lo que quería desde hace tiempo. Hacerle el mismo daño que me hizo.

Al llegar a casa, subí a mi habitación y me acosté en mi cama. Leila llegaría más tarde, y mi mamá trabajaba hasta noche.
Me senté en la cama y me miré en el espejo del tocador. Mi cabello estaba alborotado, y mi ropa era casual, unos jeans negros, una playera blanca holgada y un chaleco. Me levanté, cogí mi celular de mi mochila, cambié mi chaleco por mi chamarra negra y de mi primer cajón, tomé dinero.
Salí de mi casa, y caminé rumbo al parque donde exponían las pinturas.
Empecé a verlas, y me fijaba en la firma, necesitaba ver la elegante AC en la esquina inferior izquierda.
Una pintura gris, con nada más que negro y blanco me llamó la atención. Residuos de máquinas, tierra en donde sea, y humo elevándose por los aires, como si fuese una guerra, resaltaba una hermosa rosa blanca, que estaba en medio de todo ese escombro. La pintura se llamaba "Espoir". Del francés, significaba "Esperanza", lo compré y al ver el ticket, el nombre de mi papá se nombraba en el autor.
Al fondo de la exposición, vi a Axel parado, observando las pinturas.

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En multimedia, Emma Stone como Joseline

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