Capitulo 12:

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"Puede que ella tenga razón."
"¡Claro!"
"Tienes que ser mejor que eso, ¿Vas a impresionar así?"
"¡Por supuesto que no! ¿Cuando has visto a una nerd/frike que sea más bella que una puta?"
-¡Ya callense!
Grité a bordo de las lágrimas.
"Cariño, si eres así de débil, muchas personas te humillaran y se aprovecharan de ti".
-¡Dejenme sola!
Volví a gritar, pero ellas no me dejaron. Siguieron diciendo mis defectos y al final, terminé llorando. No soportaba como ellas se burlaban de mí hasta por la talla de zapatos que calzaba.
"Eres una marica llorona. Nadie te querrá así".
-¿Mérida? ¿Estás bien?- Mamá tocó la puerta de mi habitación. Yo traté de relajarme y fingí una tranquila voz.
-Sí mamá, sólo los exámenes y eso. Ya sabes.
-¿Segura?- Volvió a insistir mi madre. Yo suspire.
[No mamá, no estoy bien]
-Claro. Es un poco de sueño y estrés. La Universidad se acerca.
Escuché como se reía levemente.
-Aún te falta un año y medio. Como sea, si me necesitas estaré abajo.
Y con eso, mamá se alejó.
Pero no. No estaba bien, no estaba estresada, ni cansanda ni tenía sueño. Me sentía fatal. Me siento gorda, fea, estúpida...

Más tarde, Leila fue a mi casa y vimos "Si decido quedarme", llamamos por el teléfono e hicimos bromas, me alacio el cabello [o algo así], yo le rice el de ella y nos maquillamos, jugamos Monopoly y cocinamos galletas.
Fue la tarde más divertida que he tenido. A las 8:30 de la noche, mi mamá llevó a Leila a su casa, y yo las acompañé. Al regresar a casa, me duché, me puse mi pijama y me acosté.
-¡Señorita! ¿Va a creer que si se duerme no tomará pastillas?- Escuché el grito de mamá y bufé.
Al bajar, la malteada de fresa estaba al lado de los medicamentos. ¿Algún día dejaré de tomar pastillas?
Quiero ser normal, quiero estar bien, quiero tener una vida común y como cualquier otra, ¿Es tanto pedir?
Después de tomar las pastillas, el dolor de cabeza y las náuseas se hicieron presentes.
-Mérida...¿Estás bien?- Mi mamá se acercó a mi lado y me llevó al sofá.
-Sólo... Son efectos de las...-Era tan complicado hablar, sentía que si lo hacía, lloraría o vomitaría en cualquier momento- pastillas...
-Okay, ¿Quieres té?
Asentí y mamá fue a la cocina.
Me levanté de un brinco y corrí al baño que estaba cerca.
Vomité la malteada y las galletas que recién había comido junto con Leila.
Mamá llegó corriendo y me sujetó el cabello, me decía cosas lindas y me tranquilizó.
Después, me lavé dientes y me tomé un té. Abracé a mamá y me disculpé, ella se rió y me dijo que no me preocupara. Me despedí y subí las escaleras, al llegar al último escalón, escuché a mi mamá marcar el teléfono. Yo cogí el otro que estaba arriba, presioné el botón y me lo llevé al oído.
"-Buenas noches. ¿Estará el doctor Stevens?
-Claro. ¿De parte de quién?
-Soy Hellen Hamilton, mamá de una de sus pacientes.
-En seguida se lo comunico.
-Gracias.
-De nada.
Se escuchó la música de fondo, y la voz del doctor resonó.
-Señora Hamilton, ¿Le pasó algo a Mérida?
-Doctor, no...bueno, sí. Hace tres años que Mérida dejó de vomitar después de tomarse el medicamento, ¿Es normal que ahora esté vomitando nuevamente?
-Señora Hamilton, como bien sabemos, es muy peligroso que Mérida vomite, llegará un punto en que no vomitará la comida o bebida, si no que, va a vomitar los antipsicóticos.
-¿Pero es normal que vomite?
-Algo, los efectos colaterales de las pastillas son vomito, náuseas, dolor de cabeza, incluso desmayo. Y el cuerpo de Mérida ya había aceptado el medicamento, es muy raro que nuevamente esté vomitando.
-¿Qué debo hacer?
-Nada, sólo siga dándole el medicamento.
-Gracias.
-De nada, le manda saludos a Mer.
-Claro doctor. Buenas noches."
Colgué el teléfono y fui a mi habitación. Cerré la puerta del balcón y active la alarma.
Apagué la luz y me acosté.

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Ellen Page como Leila en multimedia.

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