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Hace 16 años...

-Ya nació...? -Leah abrió sus ojos con cansancio, ya que acababa de levantarse de un desmayo de 3 días.

Miró a su marido, al hombre al que tanto amaba, con una pequeña recién nacida en sus brazos, con la carita roja y arrugada.

-Sí, ya nació. Con casi 9 meses y prematura, pero ha nacido muy sana y linda. -Heeseung miró a su hija con una enorme sonrisa, ya que se estaba quedando dormida poco a poco.

-Es muy pequeña y bonita, Hee. Qué bueno que no haya llorado ni nada... -Leah suspiró con cansancio y una pequeña sonrisa al ver a su primera hija, incluso le entraron ganas de llorar porque se parecía mucho a ella.

-No, solo duerme, menos mal. Tiene los ojos verdes como tú, cuando se despierte ya los mirarás, cariño. -Heeseung se sentó al lado de su mujer, que estaba en la camilla del hospital, y siguió con los ojos puestos en su pequeña.

-Es preciosa, en serio. Cuando sea una niña grande será modelo de nuestra marca, espero que lo sea...

-Sí, porque a pesar de ser recién nacida, es muy linda. Quiero llamarla Sarah, significa "princesa". Es una princesita... -Heeseung agarró la mano pequeñita de su hija, y besó su frente como si quisiera protegerla para siempre.

-Sabes que no me importa el nombre, pero ese nombre es bonito, llamémosla así. Voy a descansar un rato, sigo sin poder moverme bien... -Leah frunció un poco el ceño, y cerró sus ojos para dormir en la camilla del hospital.

-Descansa. -Heeseung besó la mejilla de su mujer, y después siguió con su hija.

Era una niña preciosa, incluso los doctores lo decían. Su pelito castaño y sus ojos verdes eran preciosos.

Y ella se despertó poco a poco, abriendo sus ojitos y mirando a ese hombre joven y guapo que la acunaba.

-Ya te has despertado de tu siesta, mi vida? -él miró a su hija con una sonrisa muy bonita, acariciando su suave y arrugado rostro.

La niña sonrió un poquito, viendo a su padre sonreír.

-Yo soy papá, Sarah, ese es tu nombre. Mamá está descansando porque ella ha sufrido mucho para que tu nazcas bien, vale? Luego te dejaré con ella un ratito.

La niña siguió sonriendo un poquito, mirando la sala y teniendo curiosidad por ella.

-Te prometo que seré un buen papi, vale? Siempre vamos a jugar juntos, y seremos mejores amigos. Papi siempre va a estar siempre para tí y te va a querer mucho porque eres su princesa, vale? -él siguió sonriendo mientras miraba a su pequeña hija, y la abrazó con delicadeza mientras la bebé sonreía.

Hace 13 años...

-Bueno, ya te dejamos aquí, vale? Pórtate bien, hazle caso a la profesora y haz amigos. -mamá se agachó a mi altura con una sonrisa, acariciando mi pelo con cariño.

Yo negué con mi cabeza, ya que todavía no sabía ni mantener una conversación.

-Tienes que ir, mami y yo vamos a estar ocupados y tú tienes que estudiar y pasártela bien. -papá me miró con una risita, agarrándome en brazos para abrazarme y guiñándole un ojo a mi madre.

-No quiero, papi... -dije en un tono triste, ya que no sabía cómo hacer amigos, y abracé a mi padre con fuerza.

-Tienes que ir, mira, ahí está tu profesora. Ella es una profesora muy buena y amable, vale? Si tienes alguna duda o problema ve con ella, nosotros vendremos a recogerte a las 2 de la tarde. -mamá me miró con una sonrisita, acariciando mi pelo con ternura.