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Estaba empacando mi ropa de verano, ya que en ese pueblo hacía muchísima más calor que en Brisbane, y simplemente lo guardé todo.

Después de una larga media hora guardando casi todo mi armario, miré mis zapatillas de ballet al fondo del armario.

No las usaba desde los 11 años, la verdad, pero siempre estaba bailando con ellas cuando era pequeña. No las usaba porque me quedaban enanas, y porque no quería bailar, ya que mis padres me quitaron de mis clases de ballet porque me estaba comenzando a portar mal.

Simplemente las agarré, y las metí en la última maleta mientras intentaba no llorar. Seguramente si mi madre las veía por ahí las tiraría a la basura.

Después de unos minutos bajé con 2 maletas grandes, y miré a mi madre, que ya estaba lista para llevarme.

Venga, despídete de tu padre antes de ir al coche, Sarah. —dijo mi madre con su dulce y cariñosa voz de siempre, agarrando una maleta para ayudarme.

Miré a mi padre con dolor y rencor en mis ojos, a pesar de que sentía pena por él ya que él estaba un poco triste y desanimado.

Solo volví a girar un poco mi cabeza para ir hacia el coche, dejando a mi padre de brazos cruzados y mirando al suelo.

Te veo más tarde, amor. Cuídate, vale? —mi madre besó los labios de mi padre antes de irse, y finalmente, salió de casa.

Cuando ya estábamos en el coche, solo miraba a la ventana de brazos cruzados, ya que odiaba Brisbane, especialmente ese pueblo de donde eran mis abuelos.

Sarah, cariño, qué pasa con tu padre?

—Él me odia, mamá. Creo que no me da un abrazo desde que tengo 10 años, o un beso de buenas noches.

—No te odia, Sarah. Tu padre es un hombre de negocios muy ocupado y siempre viene a casa molesto porque nuestro trabajo es agotador, más para él que es el jefe. Tienes que entender que tú también has hecho algunas cosas mal.

—Qué he hecho mal? Salir de fiesta solo por disfrutar mi adolescencia con mis amigos?

—No, tratarnos mal a mí y a tu padre, llegar a casa cuando amanece, beber y fumar con 16 años, sacar malas notas, no tener educación... Hay más cosas, y todo es porque tú quieres. Tú no eras así, por qué has cambiado?

—No me ha pasado nada, mamá. La gente se hace mayor y cambia, sabes? No me voy a poner a jugar con unicornios y barbies a los 16 años.

—Ya, lo sé, pero aprovecha esta oportunidad en el pueblo, vale? Mira... Quieres que te cuente una historia mía?

—Bueno, vale... —rodé mis ojos, suspirando levemente y mirando a mi madre mientras ella conducía.

Yo con tu edad era igual a tí, me comportaba como tú y de hecho... Era igual a tí con tu edad, todos lo dicen. Pero al comportarme tan mal, con 18 años tus abuelos me mandaron al pueblo para que yo esté con mis abuelos. En todo el verano estuve ayudando a mis abuelos, sí, pero eso no me hizo cambiar mi actitud. Sabes qué hizo cambiarla? Tu padre. Lo conocí en ese verano y todo iba perfecto, éramos novios y nos amábamos, pero cuando yo tuve que volver a la ciudad para entrar en la universidad y estar dirigiendo la empresa de moda de tu abuela nos separamos. Él me estuvo engañando cuando yo no estaba en el pueblo, y me puse muy triste, como podrás entender. Tu padre a veces ha sido un completo gilipollas, lo sé, y él me prometió no pegarte ni gritarte por muy mal que salieran las cosas, pero no lo está cumpliendo. Papá te quiere mucho aunque no lo admita, Sarah...

—Bonita historia mamá, me alegro por tí, pero mi padre no me quiere. Se nota a kilómetros que solo quiere que yo sea una nerd para que vean mi buen futuro, pero no sacando 10 en todo tienes un buen futuro.

—Créeme, tu padre si te quiere, Sarah. Desde que eras pequeña solo querías estar con él y él solo quería estar contigo, me duele ver cómo ahora os lleváis fatal.

—La gente cambia, no todo puede seguir igual toda la vida, sabes? Y tú estás todos, pero todos los putos días peleando con Heeseung, no entiendo por qué lo defiendes.

—No le llames Heeseung, cariño. Él es papá, sigue siendo tu padre quieras o no. No es un desconocido o tu padrastro...

—Pues espero que sea un desconocido, la verdad. A mí me está todo el día pegando por lo que sea y gritándome y contigo pelea cada tres segundos. Por qué simplemente no te divorcias de él? Es mejor tanto para mí como para tí, pero tú como siempre, teniendo pena de papá.

—No lo entiendes, cariño. No sabes lo que pasa conmigo y con papá, vale? Solo... Pásala bien en el verano y cambia tu actitud, por favor.

—Que sí... —volví a rodar mis ojos, y miré a la ventana de nuevo.

Al llegar a casa de mis abuelos, ellos fueron hacia mí rápidamente, lo que me hizo sentir un poco extraña ya que no solía tener contacto físico.

Sarah, qué grande estás, mírate... —mi abuelo me miró muy orgulloso, viendo que ya era una "mujercita" como decía él.

Ya tienes novio? —dijo mi abuela con una sonrisa, acariciando mi cabello con emoción.

Eh, no... —fruncí el ceño con una suave sonrisa, agarrando mis dos maletas y subiendo a mi habitación, aunque ni sabía cuál era.

Sarah, ven... —dijo mi madre antes de que yo me vaya, estirando sus brazos con una sonrisa.

Dudé en abrazar a mi madre, pero lo terminé haciendo, ella no me trataba tan mal y la quería mucho después de todo.

Te quiero, mamá.

—Yo también, mi niña. Cuídate, ayuda a los abuelos y sal un poco para ver si te hablas con alguien, vale? Si necesitas algo me llamas y vendré.

—Vale...

Home: Brisbane or Him? | JAKE SIMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora