Al salir de la parte de atrás, le dije a Leonard que se adelantara a mi oficina, que debía hacer algo. Él se marchó sin decir palabra. Busqué a Max para saber si todo estaba bien y aproveché para observar la zona VIP.
Las personas que andaban con Antoni y él mismo se habían marchado; solo quedaban los muy borrachos acompañantes de mi nuevo socio. La parte de abajo seguía abarrotada.
Me encontré con Max y me dijo que todo perfecto, que por la cantidad de clientes tanto de la VIP como de la parte de atrás, hoy era el día de números más altos en todo el mes.
Al volver a mi oficina, no pude evitar sonreír al ver a Leonard embelesado en mi imagen desnuda. Cuando sintió la puerta a su espalda, me miró con una sonrisa.
-Yo sí te hubiera hecho venir -me dijo.
-Tal vez. Pero no fuiste tú.
-Por lo que vi, hubieras deseado que fuera yo.
-Por lo que yo vi, a la chica a la que te follaste tampoco se vino.
-Porque no quise.
No pude evitar estallar en carcajadas con su oración, risa que mantuve hasta después de sentarme. Él se quedó en silencio hasta que me calmé y continué con la parte seria.
-Te quiero para que ayudes al negocio con nuevos clientes. Es decir, por tus prácticas me imagino que has estado en más situaciones como estas y que debes conocer más personas como tú.
-¿Y seríamos socios por eso?
-En parte, depende. Si me pagas una suma considerable, te cedería parte del lugar y recibirías esa porción de las ganancias.
-¿Y lo que verdaderamente quieres?
-Te explicaré: la parte de atrás no está siempre disponible, ya que no siempre vienen personas queriendo hacerlo. En parte porque es un secreto medio guardado que, por su precio y comodidad, solo ofrezco a personas que les guste la privacidad. Por lo que a veces yo organizo todo y me contacto con personas que sé que les interesaría venir como hoy o organizo cuando realizan reservaciones privadas. Por ejemplo, hace 3 días conocí a los otros 2 caballeros con los que me reuní y garantizé que estuvieran hoy en la zona VIP. Obviamente eran personas que ya había investigado, junto a la gente con la que se juntan, es decir, los posibles amigos que podrían traer. Pero por favor, soy una mujer en sus treinta; estoy para velar y hacer cuentas, no puedo estar en las calles buscando público, y ahí entras tú, joven y que se lo mete a todo lo que se mueva. Tu trabajo consistiría en buscar clientes.
-¿Entiendo, pero cómo me pagarías?
-Si alguien se contacta invitado por ti para hacer una reservación, recibirías un dos por ciento de dicho alquiler. Y si fueran personas que aleatoriamente vienen a las fiestas que organice, administraremos la cantidad de personas que entren por tu nombre y de su entrada recibirás 1 o 2 por ciento dependiendo de la cantidad de personas. Tendrás entrada gratis tanto a la zona VIP como a la parte de atrás y solo se te contará lo que consumas en la zona VIP, que no deberás pagarlo, sino que se descontará de lo que te pagaré a ti. ¿Entonces aceptas?
-Me parece perfecto...
Esa madrugada pactamos todo y cómo se organizaría el club por al menos unas 2 horas.
No había pasado media hora desde que se fue de mi oficina Leonard cuando tocaron mi puerta. Dije que pasaran y Poe se adentró hasta quedar frente a mí.
-Eres toda una mujer de negocios, diosa -dijo sentándose frente a mí.
-No me sigas diciendo diosa; tengo un ego bastante grande ya -le respondí sonriendo.
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Pleitesía
Teen FictionAlma Lianet a sus 32 años con más de 2 pares de ojos que solo la miran ella... El pintor que la llama Diosa El de ojos grises que dice que solo por ella sería exclusivo El dominante que solo desea que se someta a él O su primer amor