Pecaminoso deseo

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—¡Mila!.

Me tenso al escuchar que mi hermana me llama. Me levanto y corro a mi tocador, maldigo al ver que mi cabello es nido de pajaros, lo acomodo como puedo rápidamente y corro a cepillarme la boca.

—¡Mila!.

La insistencia de mi hermana me preocupa. ¿acaso no esperó y ya se los dijo?. Me golpeo las mejillas con sutileza varias veces para quitarme esos pensamientos de la cabeza. Abro la puerta y mi hermana Cristal esta de brazos cruzados apoyada con su hombro derecho al marco de mi puerta.

Mi hermana se veía hermosa, Antes su piel era un poco oscura como si estuviera bronceada pero ahora diferente porque está mas blanca, no como beatriz pero si le queda bien, su cabello lacio y negro herencia de nuestro padre lucia espléndido y brillante, sus ojos almendrados me miran llenos de felicidad y ternura, puedo notar que su cuerpo se ve más diferente que antes porque las curvas de su cuerpo resaltan más como si hiciera ejercicio, en verdad se veía muy radiante.

—Mila. ¿estas sorda o que?. Llevamos ratos llamandote

Levanto mi cabeza un poco y observoma todos en el comedor, ya se encuentran desayunando, todos menos yo. Mi hermana esta con Damián, él recien bañado y bueno, tengo que admitir que para la edad que tiene, se nota que se conserva bien porque no aparenta ser un hombre mayor. Cierro la puerta detrás de mi y salgo toda desaliñada, era la unica que seguia en pijama, todos estan recien bañados, incluso Liam.

"Huele tan bien"

Me siento frente a el. Nuestras miradas se cruzan brevemente. Eleva la comisura derecha de sus labios en una media sonrisa maliciosa al continuar desayunando.

—Mila. ¿aun no te arreglas?

—¿Para que o que? —tomo una salchicha que me encanta y la devoro de golpe. Beatriz dice mi nombre en desaprobacion dejandome confundida. —¿Qué?

—Ay esta niña. —dice mamá en reproche. —Come rapido que debemos salir con tu hermana.

—¿Salir?

—Al salon de belleza obvio. —mi hermana Cristal sonrie de oreja a oreja emocionada. —Al mas prestigioso del pais y bueno, tenemos acceso a todo gracias a que es el amigo incondicional de nuestra hermanita quien nos va atender.

—Aah, hablas de Marcelin.

Beatriz se rie.

—No le digas asi porque se enfadará. —me aconseja.

—Ay no, es que ya lo oigo gritar... ¡Ayyyno, como es posible que tenga que hacerlo yo, que corran los bomberos que se quema el tiempo!. —lo imito imaginandolo.

Cristal y Liam se rien conteniendose. Liam me apoya diciendo que eso es cierto.

—Como sea. —dice conteniendo su risa Beatriz. —No lo vayas a herir porque es muy sentimental.

—Ay tutí. —Damián ladea una sonrisa por mi comentario.

—Bueno. Es obvio que nos tardaremos. Creo —mi hermana se despide de su esposo e hijos. —Los veremos en la noche.

Ruedo los ojos cuando se despide de él con un beso que es intenso como si no hubiera un mañana para ellos. Al dejar de verlos noto que Liam me mira fijamente con una sonrisa seductora como si dijera que desearia hacer lo mismo conmigo haciendo que mi cara arda de calor.

Los recuerdos me golpean nuevamente recordandome lo de anoche, la declaracion de Liam. Las manos me sudan y las orejas se me calientan al recordar todo, y empeora mi sofocante calor al imaginar todo lo que pasará esta noche. Cierro mis ojos y niego moviendo mi cabeza para no ser negativa.

PerversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora