Luke y Sarah

capítulo 39

Era una noche de viernes en Londres, y el cielo se había teñido de un cálido anaranjado. El restaurante, un bistró francés con un aire acogedor, estaba envuelto en una atmósfera íntima que parecía especialmente diseñada para momentos como este. La suave luz de las velas y el murmullo lejano de conversaciones creaban el ambiente perfecto para una velada especial.

Sarah, con un vestido negro elegante y tacones que realzaban su figura, entró al restaurante al lado de Luke. Él, con un traje oscuro y una corbata a juego, se veía igualmente elegante. A pesar de que no era una ocasión festiva, ambos sentían que el ambiente estaba cargado de una energía especial.

La cena comenzó con una conversación relajada, entrelazada con risas y recuerdos compartidos. El camarero les sirvió los entrantes: una selección de aperitivos delicados y sabrosos. La charla fue fluyendo con naturalidad, pero Sarah notó que Luke estaba un poco más reservado de lo habitual. Aunque parecía relajado, había una intensidad en su mirada que no pasaba desapercibida.

Mientras disfrutaban del plato principal, la conversación se tornó más profunda. Hablaron sobre sus sueños, sus temores y sus aspiraciones, temas que solían tocar solo de manera superficial. Sarah sintió que el ambiente estaba cargado de emoción y expectativa.

Cuando el postre llegó, un surtido de macarons y un elegante pastel de chocolate, Luke tomó la mano de Sarah sobre la mesa. Su toque era firme pero gentil, y su mirada estaba llena de una intensidad que hacía que Sarah se sintiera especial y querida.

"Sarah," comenzó Luke, su voz cargada de emoción, "hay algo que he estado pensando mucho últimamente. No solo sobre lo que somos ahora, sino sobre todo lo que hemos compartido y lo que quiero compartir contigo en el futuro."

Sarah lo miró, sintiendo un nudo en el estómago. Luke se inclinó ligeramente hacia adelante y sacó una pequeña caja de su bolsillo. Con un movimiento lento y deliberado, la abrió para revelar un anillo de compromiso, un diamante engastado en un delicado aro de platino.

"Desde el primer momento en que nuestras vidas se cruzaron, sentí que había encontrado a alguien que complementa cada parte de mí. Hemos construido un mundo juntos, lleno de risas, desafíos y momentos especiales. Y ahora, quiero seguir construyendo ese mundo contigo, no solo como mi compañera, sino como la persona con la que quiero compartir cada amanecer y cada anochecer."

Sarah, con los ojos llenos de lágrimas, miró el anillo y luego a Luke. La emoción la embargaba, y el amor que sentía por él parecía multiplicarse en ese momento. Luke, con una mezcla de esperanza y ansiedad, la miraba con los ojos llenos de afecto.

"En lugar de hacer una pregunta convencional," continuó Luke, "quiero que sepas que cada paso que hemos dado juntos ha sido el primero de una nueva aventura. Quiero que esta aventura no tenga fin, y que sigas a mi lado en cada capítulo que escribamos. ¿Aceptarías ser la compañera constante en esta historia que estamos creando juntos?"

El silencio que siguió fue denso y cargado de emoción. Sarah sintió cómo las lágrimas empezaban a rodar por sus mejillas, pero eran lágrimas de pura alegría. Finalmente, susurró con voz temblorosa pero llena de amor: "Sí, Luke. Sí, acepto."

El alivio y la felicidad en la expresión de Luke fueron inmediatos. Con manos temblorosas pero decididas, colocó el anillo en el dedo de Sarah. Luego, se inclinaron hacia adelante para compartir un beso tierno y profundo, un gesto lleno de promesas y esperanzas.

La noche continuó con una sensación de alegría tranquila y profunda. Caminaron juntos por las calles iluminadas de Londres, disfrutando de la compañía del otro y del futuro que les esperaba. La propuesta de matrimonio de Luke había sido una declaración sincera y significativa, un reflejo de su amor y compromiso mutuo.

Con la promesa de un futuro compartido, Sarah y Luke se adentraron en una nueva etapa de sus vidas, listos para enfrentar juntos todos los desafíos y disfrutar de cada momento de su vida en común.