Goku x Caulifla - Una continuación alternativa

Capitulo 80

 Días después

El sol brillaba intensamente en una tarde clara, iluminando un amplio campo donde tres niñas corrían a una velocidad increíble, jugando a las traes. Ram, Pan y Bra se deslizaban por el terreno a una rapidez que habría resultado imposible de seguir para cualquier ojo humano normal. Sus movimientos eran casi un borrón de energía, esquivando y persiguiéndose entre sí en un juego que desafiaba las leyes de la física. Los ecos de sus risas resonaban en el aire, mientras zigzagueaban de un lado a otro, desafiando la gravedad con saltos imposibles y giros abruptos que parecían coreografiados.

A una distancia prudente, bajo la sombra de un gran árbol, Goten y Trunks observaban la escena con una mezcla de distracción y aburrimiento. Trunks, siempre el más reflexivo de los dos, tenía un libro abierto sobre sus piernas, aunque apenas había leído unas pocas páginas desde que llegaron al campo. Su concentración parecía dividirse entre las líneas del texto y el juego vertiginoso de las niñas.

Goten, por otro lado, estaba completamente desconectado de lo que sucedía en el campo. Con su móvil en la mano, se inclinaba hacia un lado, completamente absorto en la pantalla, con una expresión de coquetería que parecía fuera de lugar en medio de la calma del campo. Sonreía para sí mismo, escribiendo mensajes con rapidez. La conversación con su más reciente novia lo tenía completamente atrapado.

—No puedo creer que esté haciendo esto —murmuró Goten, sin apartar los ojos de su teléfono, mientras tecleaba otro mensaje. Trunks levantó la vista de su libro con una expresión algo resignada, consciente de que su amigo no le prestaría atención, pero aun así decidió intentar hablarle.

—¿Qué no puedes creer? —preguntó Trunks, cerrando el libro con un leve golpe, soltando un suspiro—. ¿Otra vez hablando con alguna chica? ¿Cuántas novias llevas este mes?

Goten soltó una risa nerviosa, todavía escribiendo en su móvil.

—No tantas como crees —respondió con una sonrisa—. Pero esta... esta es especial. Tiene algo... diferente.

Trunks levantó una ceja, claramente escéptico. Sabía que Goten decía eso prácticamente de todas las chicas con las que había salido, y la mayoría de sus relaciones no duraban más de una semana.

—¿Diferente cómo? —preguntó Trunks, sin intentar disimular su tono sarcástico—. ¿Qué es lo que la hace tan especial?

Goten apartó la vista de su móvil por un segundo, pero no contestó inmediatamente. Parecía pensar en la respuesta.

—Es... no sé, solo algo en la forma en que me habla. Es como si... no intentara impresionarme, ¿sabes? Como si fuera genuina. Además, es súper divertida.

Trunks soltó una risa seca.

—¿Y cómo se llama esta "especial" chica?

—Aoi —respondió Goten rápidamente, volviendo a mirar la pantalla—. La conocí hace un par de días.

Trunks rodó los ojos.

—Sabes que no va a durar, ¿verdad?

—¡Oye! —exclamó Goten, sin levantar mucho la voz para no distraer a las niñas—. Eso no es justo. Podría ser la indicada.

Trunks volvió a abrir su libro y se encogió de hombros.

—Si tú lo dices. Solo no te sorprendas si la próxima semana te veo mandando mensajes a otra chica.

El silencio se instaló entre ellos por un momento, roto solo por las risas de las niñas mientras continuaban con su frenético juego. Goten tecleaba rápido en su teléfono, y Trunks, con el ceño fruncido, fingía estar inmerso en su lectura, aunque su mente vagaba.