2:Argent [El origen de la muñeca]

Capítulo 44

Dedicado a LeslieRubiCruz

Lorenzo

Shein nunca llegó. Mi hermana jamás regresó. He colocado a cada agente, cadete, oficial, personal, en búsqueda de mi hermana. Sabía que esto era una mala idea. Una pésima decisión. Papá no ha salido de su maldita oficina. La culpa lo está consumiendo, mientras que yo estoy aquí. En el puesto de computador. Buscando algún indicio por el satélite.

Hoy entregaban los resultados. Tardaron un día más, debido a que se encontró diversidad en el ADN. Hoy. Sabríamos de una vez por todas, si la sangre era humana. O de algún animal que hayan asesinado.

¿Qué clase de enfermo regala flores con sangre?

-¿Tenemos algo? -pregunto, acariciando el puente de mi nariz.

Niegan enseguida

Será mi culpa si algo le pasa

Los pensamientos negativos regresaron al instante en el qué. Su avioneta jamás regresó. Recuerdo cuando degollaron a mí madre. En frente de mí. Intenté hacer algo, pero fué inútil. La hojilla cortó su cuello de una manera tan inhumana, que era imposible evitar el derrame.

Desde entonces, cada error que cometa. Me será recordado con ese momento.

-Señor... Ya están los resultados -anuncia la asistente de laboratorio.

Corro en dirección de la habitación. Luces oscuras. Cristales. Frascos. Mesas con microscopios. Tubos de sangre. Retazos de ropa. Balas ensangrentadas.

Voy con la chica del escritorio, sus ojos están abiertos. Rojos. Llenos de lágrimas. Su compañera corre a su lado y le pregunta si está bien. Ella niega con la cabeza, está en trance.

-¿Qué sucede? -cuestiono intrigado.

-Los... Los resultados -titubea.

Doy dos pasos para agarrar la hoja. Mi corazón está latiendo muy rápido. Siento que puedo morir en cualquier segundo. Leo rápidamente las líneas del análisis y cada línea. Es una tragedia horrenda.

Sangre de al menos, siete chicas diferentes

-¿Es falso? -musito al punto de quebrarme.

Vuelve a negar

¡Maldita sea!

Salgo apresurado a la oficina de Bruno. Paso mi mano por la cara, frustrado, con el papel en mano. Mis botas resuenan con cada paso. Entro a la habitación sin anunciar o tocar. Juro que sí dice algo. O llega reclamarme. No dudaré en irme sobre él.

-¿La encontraste?.

-¡Vete a la mierda! -le grito iracundo-. ¡Ofreciste a Shein a un psicópata de mierda!.

Dejo la hoja sobre el escritorio con fuerza. Tanta que pudo romperse a la mitad. Bruno sujeta la hoja para leer y poco a poco pierde el color.

-Ahí tienes a tu puto socio -escupo con rabia-. Un maldito enfermo que tiene a mí hermana.

-Yo... Es imposible -susurra-. Yo lo investigué. Lo mandé a estudiar. Jamás mostró esto.