Minho

122 6 0
                                    


Flores amarillas. 


Llegaron al refugio luego de lograr rescatar a Minho, derrotar a CRUEL, matar a Ava y Janson, curar a Newt de la llamarada, y perder a Teresa. Todos bajaban del barco hacia su nuevo hogar. Minho sostenía tu mano, contento por lo hermoso del paisaje costero que se hallaba frente a sus ojos. Te sorprendiste ligeramente, sintiendo como Minho soltaba tu mano y corría como si hubiera visto un penitente, dejándote sola y completamente confundida.


— ¿Y a este qué le pasó? —preguntó junto a ti Newt, mirando a Minho alejarse más y más.

— El guepardo estuvo demasiado tiempo enjaulado —bromeó Thomas, detrás de ustedes, deteniéndose en medio.

Newt y tú se rieron. Luego empezaron a bajar los escalones del barco, junto a Thomas.



Al principio no le diste importancia al que Minho no apareciera, pensando en que él sólo recorría el lugar, pero al pasar 3 horas, con el sol en su crepúsculo. Tu preocupación ya era evidente, y comenzaste a buscarlo.

Gritaste su nombre muchas veces con miedo de que se haya topado con un Crank o se haya muerto ahogado por no saber nadar. La gigantesca fogata parecía un pequeño fósforo de lo lejos que te encontrabas del campamento. Distraída maldiciendo al coreano, te asustaste cuando sentiste algo rodeando tu cintura, levantándote un poco. Supiste quien era y volteaste.

— ¡¿Eres un garlopo o te haces?! —empujaste por los hombros, con un poco de molestia a Minho. Mientras él sólo se reía de tu reacción.

— Lo siento, princesa, pero te lo mereces por haber tardado tanto en venir por mí —dijo sosteniendo tu mano, para hacerte caminar. Sonreíste negando ligeramente con tu cabeza, empezando a seguirlo.

— ¿Nos alejamos del campamento para que puedas matarme sin testigos? —bromeas, y él ríe y se detiene, sin soltar tu mano.

— Guarda silencio y mira allá —señaló a un hermoso pequeño campo de girasoles. — Quise entregarte una flor amarilla, como Aris hizo con Sonya —lo miraste con ojos de amor por el detalle —, pero mis regalos tienen que ser geniales al igual que yo. —pasó su brazo por sobre tus hombros y dejó un beso en tu frente— Y tú te mereces lo mejor, aunque, ya me tienes a mí.


Le diste un beso en su mejilla. Y luego Minho cortó un par de ellos y te los entregó.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Minis historias ≼ The maze runner ≽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora