𝐄𝐏𝐇𝐄𝐌𝐄𝐑𝐀𝐋 - 𝘔𝘢𝘵𝘵𝘩𝘦𝘰 𝘙𝘪𝘥𝘥𝘭𝘦 𝘧𝘢𝘯𝘧𝘪𝘤𝘵𝘪𝘰𝘯
❝ El amor es efímero, cuando menos te des cuenta, todo aquello habrá desaparecido. ❞
Draco y Hayley tienen una relación abierta, en la cual existen estrictas reglas, una de ellas:...
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BEFORE.
Octubre, 1987. Wiltshire, sureste de Inglaterra.
La brisa del aire recorría cada parte de mi cuerpo, provocando escalofríos. Las estrellas alumbraban el cielo nocturno mientras los grillos emitían ruido proveniente al frotar sus alas en las afueras de la mansión.
Las escaleras crujieron al momento en que intenté bajar de ellas. Me asomé por una de las esquinas para poder presenciar la situación; Más murmullos sobre la búsqueda de alguien. Mi mente se perdió por la gran cantidad de personas que habían rodeando la gran mesa, pero entre ellas, en un sofá lejano, pude verla a ella.
La niña con la que había soñado múltiples veces, la misma que se aparecía en mis sueños, y que me era imposible olvidar sus finas pecas y ojos color avellana.
Baje un escalón más, esperando a poder ver detalladamente su rostro, pero un niño rubio, se acercó a ella. El padre del rubio le llamó la atención, pero él solo le respondió que iría con aquella niña al salón de la mansión.
—¿Qué te dije de no bajar a las juntas de trabajo? —La fría y larga mano de mi padre hizo contacto con mi brazo, y en cuestión de segundos mi cuerpo se estrelló contra el frío y duro suelo de una de las habitaciones—. Olvídate de la cena de esta noche.
Cerró la puerta de golpe, cerré los ojos por instinto y los escalofríos recorrieron mi cuerpo.
Después de que se alejara de la habitación, a movimientos torpes intenté levantarme. Mi hermano permanecía sentado en una de las esquinas, con aquel traje que mi padre había comprado específicamente para él. Me miraba sin un solo sentimiento en su mirada. Ambos sabíamos que no podíamos hacer nada, más que asumir y aceptar los tratos de nuestro padre.
Tom se puso de pie y me dedicó una última mirada antes de salir de la habitación.
Algún día, esperaba ser presentado ante la sociedad al igual que él. Algún día, mi padre no me prohibiría bajar durante sus juntas.
31 de Julio, 1991. Gran Bretaña.
Los pasillos estaban repletos de nuevos estudiantes que asistirían este año a Hogwarts, para muchos era el primero, para otros era él último.
Habían lechuzas, útiles y todo tipo de material que pedían para las clases. Mi hermano entró al área de libros, pidiéndome que aguardara afuera por unos cuantos minutos.
En teoría, este sería el año en que yo entraría a Hogwarts, pero para mi padre, no era correcto. Debía de aprender hechizos y cualquier tipo de magia dentro de la mansión, no lo que dijeran en el colegio. Para mi hermano era otra situación muy diferente, según mi padre, él sabía lo necesario y tenía la capacidad de pisar un colegio de magia como lo es Hogwarts.