Capítulo 1

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Aviso, habrá errores de ortografía.✒

𝐌𝐀𝐋𝐅𝐎𝐘 𝐌𝐄𝐍𝐎𝐑.

Lucius se encontraba caminando por los pasillos de Malfoy menor, sus manos se retorcían con nerviosismo, su mirada cansada, al llegar a su despacho tocó dos veces.

- Pasen. - silbo la voz de Voldemort.

- Mi señor, ¿quería verme?. - pregunto.

- Si, tengo un misión. - siseo.

- Mi señor. - Dijo Lucius con voz temblorosa.

- Quiero demostrarle al mundo quien soy realmente, quiero tener a Harry Potter a mis pies, quiero que ruego y pida piedad, quiero que el mundo mágico entienda que nadie podrá salvarlos, ni siquiera su querido Salvador, el niño que vivió, muy pronto tendré a Harry Potter a mis pies. - susurró.

- ¿Que puedo hacer por usted?, mi señor. - Dijo Lucius.

- Tu hijo tendrá una misión, el será el afortunado de llevar esta misión. - siseo.

- ¿Que nesesita de mi hijo?, mi señor. - pregunto Lucius.

- Que sea el portador. - siseo.

Lucius trago con dificultad, tenía un mal presentimiento.

- Mi señor. - susurró.

- El mundo mágico merece una lección, Harry Potter es difícil de doblegar, pero teniendo en mis manos algo de el, estoy seguro que se arrodillara ante mí, para rogar por el. - siseo.

- Mi señor. - susurró Lucius incómodo.

- Tu hijo tendrá la misión de llevar en su vientre el bastardo de Potter.- Dijo.

- Draco, jamás permitirá eso. - Dijo Lucius.

- Cometiste un error al decirme que tu hijo es un mago fértil. - siseo.

- Mi señor, usted lo miró en mis pensamientos, yo no le dije nada. - Dijo algo molesto Lucius.

- Cuidado cómo me hablas Lucius. - siseo.

Lucius bajo la cabeza, Narcissa lo mataría, pero ellos sería bien recompensados, draco solo tenia que soportar llevar 9 meses al bastardo en su vientre, el problema sería convencer a draco, Narcissa tenía que callar si no quería pagar las consecuencias.

- Draco, será recompensado después de entregarme al bastardo. - Dijo.

- El problema es draco, mi señor, el no lo aceptará. - Dijo Lucius.

- Por algo existe la maldición Imperius. - siseo.

- Lo entiendo, mi señor. - susurró.

- Ahora ve y prepara a tu hijo, el regreso a Hogwarts se acerca. - Dijo.

- Si mi señor. - Dijo.

- Que lastima que tu heredero tenga que abrirse de piernas, para Potter. - siseo su voz burlona.

Lucius trago con dificultad, por la humillación.

- Con permiso mi señor. - Dijo antes de marcharse.

LUCIUS MALFOY.

Me retorcía las manos con nerviosismo, estaba nervioso, draco era muy estúpido y sabía que se negaría, ni amanazandolo con lastimar a su madre aceptaría, draco solo tenia dieciséis años, pero no sería problema, nadie tenía que saber que el era la incubadora, podría hacer un contrato matrimonio con los Greengrass, podría tener un hijo después de Hogwarts, para olvidar al primer bastardo, sabía que los Black amaban con locura, draco sería capas de sacarle los ojos si tocaban a ese chiquillo, talvez podría tener la maldición Imperius hasta el nacimiento del bastardo y después mandarlo lejos de Inglaterra, lo importante es que draco tenga a ese chiquillo, camine con elegancia hacia la habitación de mi hijo.

Toque dos veces antes de entrar, draco estaba sentado cerca de la ventana, leía un libro, sus ojos grises me miraron con confusión.

- Padre. - saludo.

- Draco, necesitamos hablar. - dije.

Draco dejo el libro y se levantó, se acercó y me invito a tomar asiento en el sofá.

- ¿Hay algún problema?, padre. - pregunto preocupado.

- El señor tenebroso tiene una misión, para ti. - susurré.

Mire el miedo en su mirada, me miró con preocupación.

- Padre. - susurró.

- Solo será esta vez, después de esto eres libre, draco. - dije.

- ¿Que misión?. - pregunto con voz temblorosa.

- Draco, sabes que el señor tenebroso esta algo enfadado con nuestra familia, tu puedes arreglar eso, tu puedes hacer que nuestra familia vuelva hacer su mano derecha. - dije.

- Padre, ¿que misión?. - preguntó.

Mire a draco, su mirada cada vez reflejaba más miedo y nervios.

- El señor tenebroso, quiere que sea el portador. - susurré.

Draco me miró con confusión.

- No entiendo, padre. - susurró

- Quiere que seas la incubadora. - dije.

Mire la configuración en el, luego la comprensión y por último el horror.

- Padre, dime que no es lo que estoy pensando. - su voz temblo.

- Tienes que hacerlo draco, tienes que llevar un bastardo en tu vientre. - dije con voz fierme.

- Que, padre, ¿que estupidez dices?. - pregunto draco horrorizado.

- No tienes elección, esta decidido, la cuestión es, ¿lo harás por las buenas o malas?. - pregunté.

- Están locos, no permitiré eso, padre. - dijo

- Es por nuestro bien. - susurré.

- ¿Por el nuestro o por el tuyo?. - pregunto con odio.

- Draco. - dije.

Mire cómo draco se levantó y camino sigilosamente hacia la mesita de noche, y lo comprendí, el jamás lo haría.

- Draco. - advertí.

Lo mire abrir el cajón, le apunte con mi varita antes de que tomara la suya.

- Veo que será por las malas. - dije.

- Padre, te lo suplico. - susurró.

- Lo siento Draco, pero tengo que ganarme la confianza de mi señor. - dije.

Mire a draco, en sus ojos se comenzaban a acumular lágrimas.

- Lo siento. - susurré.

- Padre, por favor. - suplico.

Lo mire a los ojos, el me miraba con suplica, pero ya estaba hecho, draco tenía que hacer lo que sea por su familia, cómo un día yo lo hizo.

Draco se detuvo, su mano suspendida en el aire, lista para tomar su varita. La mirada de Lucius era firme, sin piedad.

- Imperius - repitió Lucius, su voz baja y amenazante.

La maldición se apoderó de Draco, su cuerpo se relajó, su mirada se volvió vacía. Lucius se acercó, su varita aún apuntando a su hijo.

- Draco, escúchame, tienes que hacer lo que te digo. No puedes resistirte. - Dije

Draco asintió, su rostro sin expresión.

- Sí, padre - respondió, su voz monótona.

Lucius sonrió, satisfecho.

- Bien, Draco. Ahora, vas a hacer exactamente lo que te digo. No puedes fallarme. - dije.

La maldición Imperius había tomado control de Draco, convirtiéndolo en un títere bajo mi control.

Imperius.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora