Harry Potter.
Después del desayuno, el grupo se reunió en la sala, rodeados de una atmósfera tensa. Draco, aún cansado, se sentó junto a mí, su mano apretando la mía de manera inconsciente. Apreté su mano en respuesta, ignorando las miradas de los demás.
Draco se recostó en mi hombro, bostezando, y pronto cayó dormido. Con manos temblorosas, coloqué mi mano en su vientre de inmediato sentí cómo parte de mi magia era consumida. Era extraño, pero no moví mi mano de allí.
Snape carraspeó, rompiendo el silencio.
-Narcissa, ¿podrías contarnos qué pasó en Malfoy Manor? -preguntó.
Narcissa respiró hondo antes de comenzar.
-Lucius y... el Señor Tenebroso estuvieron encerrados en la oficina durante semanas. No sabía qué planeaban. Cuando Draco regresó a Hogwarts, no sospeché nada. Pero luego recibí una carta de Pansy, preocupada por él. Me preguntó sobre mi salud... Fue entonces cuando decidí hablar con Lucius, para saber que pasaba.
Su voz tembló.
-Pero cuando llegué a su oficina, los escuché hablar sobre el plan. Lucius y Voldemort planeaban utilizar al bebé que Draco... que Draco traería al mundo para hacer que Harry se entregara por su propia voluntad. Lucius decía que Draco estaría bien, pero yo no lo creí. Sabía que Voldemort los mataría: a Draco, por ser el padre del hijo de Potter, y al bebé, por ser el heredero de Potter. No dejaría nada que pudiera destruirlo. Sabía que tenía que escapar con mi hijo.
La habitación se sumió en un silencio sepulcral.
-¿Qué significa esto? -pregunté, mi voz apenas audible.
Narcissa me miró, sus ojos llenos de lágrimas.
-Significa que Lucius y Voldemort están dispuestos a hacer cualquier cosa para destruirte, Harry. Y a nosotros, por estar relacionados contigo.
Mi mano aún estaba en el vientre de Draco, sintiendo su calor.
-No permitiremos que eso suceda -dije, mi voz firme-. Estamos juntos en esto.
- Narcissa, ¿escuchaste hablar a Voldemort y a Lucius sobre Horrocrux?. - preguntó Snape.
Pude notar el horror en la cara de la señora Malfoy.
- No, nunca los escuche hablar sobre eso. - Dijo.
- Lamentablemente, Voldemort creo siete horrocruxes, tenemos tres de ellos, un diario, la diadema de Ravenclaw y un anillo, creo que la serpiente es uno. - Dijo Dumbledore.
- Faltan tres. - susurró la señora Malfoy.
- Creo saber donde esta uno de ellos, me estoy encargando de eso.- Dijo Dumbledore mirandome a los ojos.
- En las clases que tengo con Potter podemos ver uno más, una copa, sabemos que tiene algo que ver con los Black. - dijo Snape.
- Antes de la caída del señor tenebroso en manos de Potter bebé, recuerdo que Bellatrix me contó sobre una copa que su señor le entregó y dijo que la protegiera con si vida. - Dijo Narcissa.
- ¿Sabes donde está?. - preguntó Snape.
- Sí, esta guardada en la bóveda Black. - dijo Narcissa.
- ¿Hay alguna manera de sacarla?. - preguntó Molly.
- No, las bóvedas Black solo son abiertas por una gota de sangre Black. - dijo.
- Entonces, ¿tu o Sirius pueden abrirla?. - preguntó Snape.
- No, solo las hermanas Black, Andrómeda o yo, pero es complicado, los duendes son complicados. - dijo Narcissa.
- Bien, tal vez podamos entrar. - dijo remus.
- Yo puedo ayudar, pero que Draco no se enteré de esto. - dijo Narcissa mirando a Draco.
- No, el joven malfoy no se enterará de nada, ni de los Horrocrux, el tiene que estar tranquilo. - Dijo Dumbledore.
- Entonces solo falta uno. - Dijo mione.
- Sí, Potter y yo seguimos intentando conseguir información. - dijo Snape.
- Bien, en cuanto los Horrocrux sean encontrados, hablaremos sobre su destrucción. - dijo Dumbledore.
Todos estuvieron de acuerdo con eso.
- Ahora sobre Hogwarts, creo que los muchachos tienen que volver, el joven malfoy lamentablemente no podrá regresar. - dijo Dumbledore.
- Yo tampoco regresaré. - dije.
- Harry tienes que volver. - Dijo Sirius.
- No, Draco necesita mi magia. - dije.
- Puedes venir todas las tardes. - dijo Dumbledore.
- No, están equivocados si piensan que dejaré a Draco, no podré estar tranquilo, no lo dejaré. - Advertí.
- Bien, pero estarás atento a tus estudios. - dijo Dumbledore.
- Lo tendré en cuenta. - dije.
- Pero, Harry, tus estudios son importantes, podemos venir después de las clases. - dijo Mione.
- Me importan un carajo las clases, no lo dejaré. - dije.
Todos se quedaron en silencio, mire a draco que aún dormía.
- Bien, puedes quedarte, Harry. - Dijo Dumbledore.
- Gracias. - susurré.
- Señorita Granger, señor Weasley, pueden tomar dos semanas antes de volver a Hogwarts, los miembros de la Orden seguiremos buscando el último horrocrux. - dijo Dumbledore.
- Gracias, Profesor. - dije mione.
- La reunión terminó, tengo que volver a Hogwarts, cualquier cosa comunicarse conmigo. - dijo Dumbledore.
La reunión terminó, mcgonagall, Snape y Dumbledore volvieron a Hogwarts, en la casa solo quedamos, los Weasley, Mione, Sirius, Remus, Tonks, Narcissa, Draco y yo.
- Creo que es mejor que lleves a Draco a la habitación. - susurró Narcissa.
- Sí.- susurró.
Con una mirada me despedí de todos y con cuidado cargue a Draco, cuando entre a nuestro habitación lo acostó y le quite los zapatos, yo también me metí a la cama necesitaba un descanso de todo, nos cubri bien con la cobija dispuesto a descansar un poco...
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Imperius.
أدب الهواةHARCO Draco tiene una misión, Draco se niega rotundamente y es maldecido con la maldición Imperius por su propio padre. Draco logra su objetivo bajo la maldición Imperius, ahora lleva un Potter en su vientre. ¿Qué hará cuando descubra lo que su padr...