¿Me aceptas?

34 6 7
                                    

Para cuando decidimos que ya habíamos estado el tiempo suficiente en el cementerio, el sol se alzaba victorioso sobre las nubes sin embargo sólo lo hacía para volverse a ocultar. Los rayos anaranjados se colaban por las ramas de esos pinos ancestrales propinando a la nívea piel de Corvus un aspecto de otro mundo. Andábamos de la mano y aunque sus zancadas eran más largas que las mías, él se acompasaba a mi paso. Cada ciertos metros me mordía los labios para no abrir la boca y preguntar lo que me estaba carcomiendo por dentro, el enigma de su nueva magia era una espina en mi zapato. He de admitir que más de una vez lo vi con los ojos resplandecientes y lo que descubrí me puso la piel de gallina. Si alguna vez su poder me parecía una pila gigante de barro desperdiciado, ahora esa tierra mojada se transformó en una escultura perfectamente detallada hasta en el más pequeño hueco. Él era maestro de su magia y no al revés sin embargo eso no pudo haber venido de la nada, no cuando su espalda estaba tan sola como una isla en medio del mar.

—No es necesario que entre a tu mente para saber que estás explotando de curiosidad —Corvus habló sobresaltándome—. Y no tienes por qué. He prometido ser honesto contigo y así será.

—¿Qué has hecho…? No —me corregí—. ¿Qué has tenido que hacer?

Sus hombros se ensancharon con un suspiro.

—Quise huir. Saber que entre tú y yo no había confianza, la pérdida de nuestro hijo, ver cómo habías sufrido a manos de Bahía… Fue demasiado para mí y quise huir —dijo casi como si estuviera confesando el peor de los delitos—. Me fui a mi estrella y ahí me reuní con la Gran Madre…

—¿Cómo?

Quedé estupefacta. La Gran Madre no era alguien con quién pudieras tomar tu café a media tarde, ella era tan real como el aire que me hacía respirar pero sólo se hacía presente en momentos de suma necesidad. Hasta donde yo sabía, la última vez que ella tuvo contacto con alguna de sus creaciones fue durante la primera guerra.

—La Gran Madre estuvo conmigo allá arriba y me confesó algo… —suspiró de nuevo antes de enfrentarse a mí con la mirada, ambos nos detuvimos al borde del bosque junto al castillo Raíces, las ruinas del castillo Raíces—. Ella me ha dicho que soy su hijo y no de manera metafórica.

Me tomé un momento para analizar la nueva información antes de responderle.

—No comprendo, tú eres hijo de los anteriores reyes. He visto a tu madre y algunos cuadros de tu padre… No eres idéntico a ninguno de los dos pero, vamos, sí que es claro que eres su sangre.

Corvus me miró echando hacia atrás un mechón rebelde de mi cabello.

—Ellos me procrearon, dulzura —aclaró con toda la paciencia de la dimensión—. Sin embargo, la Gran Madre, me dijo que mi cuerpo nació sin vida y a ella le sobraba un alma que no pudo colocar cuando sus demás hijos vinieron a este lugar. Dijo que le preocupaba un desequilibrio con los poderes por tanto dejó al tiempo andar y cuando el cuerpo que ahora habito nació vacío, ella consideró prudente meter mi alma en él.

Le eché una nueva mirada sintiendo cómo al fin encajaba la última pieza en el rompecabezas. Era algo casi obvio lo que él decía. Aún recordaba el día que lo ví luchar con sus soldados. Si, puede que mis ojos enamorados se hubieran dejado deslumbrar por sus varoniles movimientos, pero ya en ese momento algo había vibrado en mi interior. El suyo me había parecido un poder demasiado antinatural para un hada por muy rey que fuera. Ese mismo día rememore el mural en la biblioteca de mi familia y cómo el lado primitivo dentro de mi me había dicho que Corvus, de alguna bizarra manera, parecía encajar a la perfección con la etérea imagen que los primeros reyes brindaban.
Si, definitivamente esa respuesta satisfacía mis inquietudes acerca de su extraordinario poder, pero eso no revelaba realmente el cambio en él, ese cambio que hacía a mis venas cantar ante la dicha de estar junto a tanta magia. Su núcleo mismo era otro, ya no brillaba en el dorado de la vida, sino en un plateado de pétrea estructura.

La Dimensión de DanuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora