Secretos

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Había estado en muchas mentes a lo largo de mi vida, sobre todo cuando era más joven y mi magia entraba sin avisar.

En la dimensión había de todo, desde gente aburrida con su vida, su esposa, su trabajo. Gente arrepentida de sus decisiones y claro, gente feliz hasta el punto de ser una especie de tontos ignorantes a la realidad. Pero Den era totalmente diferente a eso. Ella tenía demasiados matices dentro suyo, estaba inundada de tristeza, ira, esperanza, rencor y dicha. Todo al mismo tiempo.

He de admitir que mi corazón se hinchó al descubrir algunos recuerdos sobre mí y notar el tinte de absoluta devoción y amor que yo le hacía sentir. Cada imagen mía parecía estar bajo un filtro de luz distinta como si yo fuera alguna especie de contenedor donde ella pudiera depositar sus sentimientos más vulnerables.

Mientras nadaba en esa galería de recuerdos suyos no me pasó desapercibido cómo ella, cada vez que me veía, se centraba mucho en mis manos, en mi boca, en mis ojos y lo que ya sabía, en mi cabello. Tuve que voltear hacia otro lado cuando noté una extraña atracción suya por un lunar debajo de una de mis nalgas... Ahora sabía que en un futuro ella intentaría voltearme y besar todo mi culo.

Intenté concentrarme en lo que buscaba aunque entre más ahondaba en sus recuerdos estos se teñían de culpa. Entonces supe que Den ocultaba algo pero por respeto a ella no me metería ahí.

Al fin encontré lo que buscaba y aunque el dolor latía en esos recuerdos me llené de valentía para aventurarme.

Ahora veía todo a través de sus ojos.

"Estábamos de nuevo en la batalla. Den sabía que su hermano Aliso pelearía hasta la muerte contra Bahía sin embargo era obvio que esa era una lucha imposible de ganar, aún con los conocimientos en batalla de Aliso.

—¡Ella es ahora mía! —gruñó ese espectro encarnado. Con ello y a pesar de su miedo, Den entendió que esa era una guerra perdida. Bahía no se cansaría hasta tomar su vida, su principal misión no era asesinar a su hermano pero lo haría para poder acceder a ella.

La sola idea de quedarse a solas con ese sujeto le provocaba dolor en la boca del estómago pero no había elección.

Bahía lanzó agua hirviendo a Aliso y con eso Den halló la fuerza para detener esa masacre.

Su magia estaba a un respiro de agotarse y ella lo sabía, por ello tuvo que sacar fuerzas de algunos soldados rebeldes que aguardaban detrás de las paredes. Den dió una plegaria a la Gran Madre y tomó esa semilla de luz. No era la primera vez que terminaba con una vida pero no por ello la sensación se volvía agradable.

Ahora con sus baterías un poco más recargadas pudo invocar la magia de su Corvus y mandó a Aliso fuera del portal con una ráfaga de aire.

Bahía tenía sed de sangre y la veloz movida de Den lo había dejado sin su juguete favorito de momento, ella lo vió en sus ojos justo antes de que se acercara a su pequeña figura y, con un puñetazo certero en su rostro, las luces se apagaron.

Den despertó con un terrible dolor pero eso no importaba porque algo le faltaba. Era como si le hubieran cortado una ala. Pero no, no era eso. Le tomó unos segundos darse cuenta que era su magia, esa música tintineante que la hacía moverse y que la destacaba sobre las demás hadas, no estaba. Alguien la había obligado a esconderse en lo más recóndito de su ser.

La impotencia la invadió sobre todo al darse cuenta que estaba amarrada en una silla. Ahora ya no estaba la opción de desatarse con magia y todo su arsenal de cuchillos escondidos ya no estaban. Ni siquiera la baya rebosante de veneno que había ocultado debajo de su manga. De hecho, con infinitas náuseas se dio cuenta de que alguien la había desnudado por completo. Y para su desgracia, el frío que gobernaba las profundidades del océano era aún peor que el de Cielo.

La Dimensión de DanuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora