El primer amor de Naegi no fue como esperaba, las palabras de aliento que su padre una vez le dio fueron solo mentiras que cavaron un profundo hoyo en su corazón. Si alguien le hubiera dicho que el amor se sentía tan aprensivo como una enredadera, Naegi estaba seguro que jamás se permitiría tener ese tipo de sentimiento, para su desgracia el amor había llegado de imprevisto, rápido y certero como una bala.
¿Cómo podría describir ese sentimiento? Negi siempre pensaba en solitario, quería darle una respuesta a su pregunta, para mantener ocupado a su corazón cansado de latir con desenfreno.
Había leído en poemas, cuentos y relatos que esa palabra evocaba un hermoso recuerdo y por momentos doloroso sentimiento, a veces era una sensación agradable y otras una profunda desesperación. Naegi podía decir con certeza que la palabra era un sinfín de emociones acumuladas en el cuerpo, que se desbordaba ante cualquier cambio, fuera malo o bueno.
Aquel martes por la mañana, una ligero dolor de garganta le imposibilite asistir a clases, Naegi suspiro con desgano ante su situación mientras esperaba su turno para ver al doctor, el castaño recordaba que Togami siempre entregaba su libro de la semana los martes por la tarde, al ser ayudante de la biblioteca Naegi tenía el privilegio de dirigir un cordial saludo al rubio sin levantar sospechas de su enamoramiento.
Era una lástima perderse tal agradable suceso. Su mano sacudió ligeramente su hombro para llamar su atención, con una sonrisa lo guió hasta el consultorio del médico que ya los esperaba, la habitación se cerró a sus espaldas resonando por todo el pasillo.
Sentado en su cama, el adolecente miro las libretas que tenía en la mano, su mejor amiga Kirigiri había sido tan amable de traer sus tareas y enviar que se atrase con las clases, con diligencia se propuso a terminar sus deberes, el dia de mañana tenía un examen y justo regresaba a clases, el médico le había recetado un jarabe para su dolor, aunque solo durara un par de horas Naegi agradeció el pequeño alivio.
Era viernes por la tarde y Naegi se vio forzado a tomar el turno de limpieza, mientras sacudía los borradores frente a la ventana, su mente divagaba en el recuerdo de su padre al contarle sobre la primera vez que vio a su madre. El hombre había sido un don Juan sin remedio hasta que su madre llegó a su vida, una sola mirada a los brillantes ojos verdes fue suficiente para causar una fuerte impresión.
En las tardes de limpieza mensual y luego de terminar de cortar el pasto del patio, su padre y él se sentaban para disfrutar del sol, luego su padre miraba con un aire ausente el cielo y pronunciaba - "Sabes Makoto, el amor te hace sentir tan frágil con una sola palabra, puede derretirte con una simple mirada y volverte la persona más fuerte con una sola sonrisa"
Negi siempre lo contestaba - "¿No crees que estás exagerando papá? Esas palabras lo hacen sonar como algo peligroso"
Su padre siempre reiria y sin una pizca de duda declara - "El amor es peligroso"
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Biblioteca Naegami
FanfictionMakoto Negi y Togami Byakuya jamás pensaron que sus vidas se cruzaran, eran dos personas con vidas distintas y metas distintas ¿Como podían pensar siquiera en estar juntos? Afortunadamente para ellos, el universo parece estar decidido en juntar sus...