En el cielo existían bellos ángeles de miradas tiernas y facciones finas, sus corazones tan puros eran capaces de brindar calma con una sola de sus sonrisas, el lugar donde habitaban transmitía paz y calidez a cualquiera que lo viera sin duda el orgullo del hombre que gobernaba los cielos, pero entre los ángeles que el dio vida había uno que guardaba un poco de curiosidad por el mundo terrenal.
Makoto había escuchado historias que relataban lo horrible que se era el mundo mortal y como el mismo hombre se encargaba de destruir lo que su padre les había regalado con actos egoístas, sin embargo las historias no eran suficientes para el ángel que deseaba ver con sus propios ojos aquello que se consideraba perdido a ojos de dios, por lo que una noche mientras el cielo descansaba bajo silenciosamente cayendo en tierras prohibidas admirando por primera vez desde un ángulo diferente el cielo que era su hogar.
Increíble - exclamo sin aliento por la belleza que frente sus ojos se mostraban.
No hay nada mejor que la tranquilidad de la noche – cuando escucho esas palabras giro su cabeza viendo al extraño que le acompañaba, notando al instante su cabello rubio y los ojos azules que le miraban tan profundamente.
Nunca había visto algo así - comento sinceramente
Entonces te has perdido mucho - bufo el desconocido ofendiendo al castaño que frunció un poco el ceño, no era su culpa estaba prohibido salir del cielo por lo que es normal que no haya visto nada del mundo - hay cosas más bellas e increíbles que un cielo lleno de estrellas.
El castaño no respondió prefería ver el cielo antes de que la mañana llegue anunciando su inminente partida, más el rubio a su lado le causaba una increíble intriga y sin esperarlo dejo que las dudas sobre aquel mundo fluyeran de sus labios sin control.
¡Si te vas no podrás volver jamás! - sentenciaba el hombre frente a aquel bello ángel que perdía sus alas, los murmullos asustados llenaban el lugar pues no querían que una de las personas que más amaban se dejara morir volviendo aquellas blancas alas en obscuras y dejarse caer del cielo al mundo terrenal.
El castaño no hablo en ningún momento para defenderse de aquellas palabras que lo condenaban aceptando en silencio su castigo, el hombre con severas palabras y con una mirada que reflejaba la más profunda de las tristezas declaro.
Por tus pecados se te sentencia al exilio, jamás podrás volver al cielo o siquiera mirar a aquellos que una vez fueron tus hermanos, vagaras por las tierras del hombre como uno de ellos - se detuvo suspirando, esperando en el fondo de su corazón que aquel muchacho aceptara su propuesta – pero, si eliges olvidar todo esto conservaras tu vida aquí en el cielo, lo único que debes hacer es deshacer los sentimientos que están en tu corazón.
El joven levanto la mirada y con ternura observo al hombre que alguna vez quiso como a un padre, aquel que gobernaba los cielos y tenía la fe de los creyentes - Una vida llena de sonrisas falsas no la quiero, yo decidiré lo que me hace feliz. Te pido perdón padre, pero no me arrepiento de esta decisión.
Se levantó con mirada decidida y dejando que las ultimas gotas oscuras mancharan sus bellas alas blancas se dejó caer al vacío rememorando aquella pequeña conversación que tuvo con ese atractivo joven, en su mente veía aquellos ojos azules mirándole con cariño y consuelo, inevitablemente sonrió.
Nada sería fácil de ahora en adelante, pero sabía que byakuya le esperaba abajo con los brazos abiertos y un sinfín de retos que superar, un suspiro largo le hizo sentir la sangre fluir por sus venas y el leve dolor en su espalda le murmuro un suave *ahora estas vivo*.
En el mundo hay hambre, guerras, odio, codicia y envidia - susurraba una voz en la lejanía, que con duda pregunto - ¿porqué querer vivir en un lugar así?
¿Y porque no? - hablo otra voz que se escuchaba más grave - sé que hay tanto dolor, mis ojos han sido testigos de un sin número de atrocidades, pero aun así es tan bello observar lo que esconde.
Cada vida es efímera única e inesperada, la muerte le llega rápido por eso se aprecia cada segundo que permanece aquí, no quiero una vida siempre perfecta en una utopía sin conflicto. Quiero vivir esta vida aun si en ella hay sufrimiento, porque solo así sé que estoy vivo.
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Biblioteca Naegami
FanficMakoto Negi y Togami Byakuya jamás pensaron que sus vidas se cruzaran, eran dos personas con vidas distintas y metas distintas ¿Como podían pensar siquiera en estar juntos? Afortunadamente para ellos, el universo parece estar decidido en juntar sus...