semidioses en un mundo de héroes (Mha x Pjo)

capítulo 57: nuca creí que beber vino ayudaría

En el Argo II y medio, el leve sonido de los motores zumbaba mientras la nave surcaba el cielo nocturno. Leo estaba trabajando en los controles, ajustando varias tuercas y cables, asegurándose de que todo funcionara como debía. Percy y Annabeth estaban sentados en un rincón, con un cuaderno y un lápiz frente a ellos. Percy tenía una expresión de sufrimiento mientras Annabeth intentaba enseñarle matemáticas.

"Ok, Percy," dijo Annabeth, marcando el comienzo de un nuevo problema en su cuaderno, "si tuvieras diez galletas azules y alguien te pide dos, ¿cuántas te quedarían?"

Percy la miró sin pestañear. "Diez."

Annabeth arqueó una ceja. "Percy..."

"Es que, Leo sabe que no debe pedirme mis galletas azules," contestó Percy, sonriendo como si eso fuera la respuesta más lógica del mundo.

Annabeth suspiró, aunque una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios. "Ok, si Leo te obligara a darle dos, ¿cuántas te quedarían?"

"Diez," respondió Percy de nuevo, con un tono más desafiante. "Y un Leo muerto."

Desde el otro extremo de la nave, Leo se rió sin apartar la vista de su trabajo. "Sigo aquí, chicos. Intactamente vivo. Y por cierto, Amo las galletas, Si no compartes, no eres mi amigo, Percy."

Percy se rió, dándole una palmada juguetona a Annabeth en el brazo. “Es por eso que no puedo estudiar con galletas en mente, arruina mi concentración.”

Annabeth sonrió, pero su expresión rápidamente se volvió más seria. “De todas formas, Percy, debemos terminar esto. Necesitas estas matemáticas si planeamos entrar a la universidad, y ya sabemos que no puedes escapar de los exámenes igual que de los monstruos.”

Percy la miró con una mezcla de desesperación y resignación. "Prefiero enfrentarme a un minotauro."

Mientras tanto, en la parte trasera del Argo II y medio, Hazel estaba sentada junto a Piper, quien no dejaba de mirar el cuerpo inconsciente de Jason en la camilla. Piper sostenía la mano de Jason con fuerza, su rostro marcado por la preocupación.

“Hazel…” Piper murmuró, su voz temblando. “¿Qué tal si nunca… qué tal si no se recupera?”

Hazel puso una mano en el hombro de Piper, transmitiéndole calma con un gesto suave. “Jason es fuerte, Piper. No va a rendirse tan fácilmente. Lo sabes.”

Piper asintió, aunque la angustia no desapareció completamente de sus ojos. “Es solo que... no puedo soportar la idea de perderlo. Lo necesito.”

Hazel sonrió con compasión. “Te entiendo. Es difícil, pero él te necesita también, Piper. Y estamos todos aquí para ayudar.”

Piper suspiró, relajándose un poco gracias a las palabras de Hazel, aunque su mirada nunca se apartaba del rostro de Jason, que seguía sin moverse.

En la pequeña enfermería improvisada del Argo II y medio, Nico estaba sentado junto a Jason, con una expresión lúgubre en su rostro. Había un silencio incómodo en la sala, roto solo por el suave zumbido de los motores. Frank estaba al otro lado de la cama, observando a Jason con una mezcla de preocupación y nostalgia.

Nico respiró hondo y habló en voz baja, casi para sí mismo. "Nunca me di cuenta de lo mucho que apreciaba a Jason... Siempre ha estado ahí, guardo mi secreto. Alguien en quien podía confiar. No me di cuenta de lo importante que era para mí hasta ahora. Espero despierte puente"

Frank, normalmente cínico y reservado, asintió lentamente. “Jason nos convirtió en pretor. Creyó en mi. Siempre fue un buen líder... uno en el que podía confiar sin dudar.” Frank apretó los puños. "Espero que Reyna esté bien sin mi, es vastante trabajo, sobretodo con esto del triunvirato."

Nico bajó la cabeza, sus pensamientos oscuros llenando el silencio. “Si algo le pasa...”

Frank lo miró, con una expresión seria. “No va a pasarle nada, Nico. Jason es fuerte. Aguantará esto. Y estaremos aquí para asegurarnos de que así sea.”

Mientras tanto, en la U.A., Aizawa y los profesores estaban reunidos con la clase 1-A. El ambiente era tenso. Aizawa miraba a los estudiantes con una expresión grave.

“Escuchen bien,” comenzó Aizawa, “sus ex compañeros son ahora sospechosos de colaborar con los villanos. Durante sus pasantías, si ven algo sospechoso o encuentran algún rastro de ellos, deben informarnos de inmediato. De lo contrario, serán considerados enemigos.”

Los estudiantes intercambiaron miradas nerviosas. Nadie podía creer que sus compañeros pudieran estar involucrados con los villanos, pero la realidad que Aizawa planteaba parecía clara.

Solo Midoriya, Uraraka y All Might sabían la verdad. Sabían que los semidioses no eran espías, sino héroes enfrentándose a algo mucho más peligroso de lo que cualquiera de ellos podía imaginar.

Horas más tarde, después de esconder el Argo II y medio en un lugar seguro, los semidioses decidieron investigar la casa en el bosque. El ambiente era sombrío y lleno de tensión. Annabeth, Percy y Nico avanzaban con cautela, mientras los demás permanecían en la nave cuidando de Jason.

Nico fue el primero en encontrar algo inusual. En un rincón polvoriento, entre las ruinas de lo que había sido un refugio de la Liga de Villanos, encontró una botella de vino. Nico la levantó y frunció el ceño. “Esto no parece encajar aquí.”

Annabeth tomó la botella de las manos de Nico y la examinó con cuidado. “Es vino lixivo,” murmuró. “Un vino español que recrea el sabor del vino romano antiguo. No debe haber muchos lugares que lo vendan en Japón.”

Percy cruzó los brazos, mirando a Annabeth con una expresión curiosa. “Entonces, ¿qué significa eso? A parte de que conoces demaciado de vino...”

Annabeth sonrió con ese brillo en los ojos que aparecía cuando una pieza clave de un rompecabezas se resolvía. “Si encontramos quién distribuye este vino, podemos rastrear a Calígula, Cómodo... y probablemente a All For One o Kronos. Y si damos con ellos, damos con la Liga de Villanos.”

Nico asintió, guardando silencio, pero la intensidad en sus ojos decía que estaba listo para lo que viniera.