Secretaría |Henry Cavill| |+18|

Capítulo 4. Él

Aly 

¿Cómo fue que paso? como fue que mi vida había cambiado por completo dando un giro de ciento ochenta grados, pero la cual no cambiaria por completo, ni de chiste. 

Todo comenzó hace dos años. 

Estaba festejando mi cumpleaños veinticuatro con mis amigas, era una salida de chicas y estaba tan feliz, ellas había decidido que era una buena idea salir a un bar, beber, bailar y según ellas tenia que ligar con alguien antes de que solo me dedicaran solo a mi novio, Brian, en verdad que era un chico maravilloso que me ama y que me quiere con todo su corazón de igual forma como yo lo hacía, mis padres no estaban del todo de acuerdo de que me fuera vivir con él porque éramos muy jóvenes, por así decirlo, pero yo estaba cien por ciento segura de lo que quería hacer además de formar una familia con él, estaba segura de él era el hombre que quería para toda mi vida y creo que Brian estaba de acuerdo conmigo, por ello ya habíamos encontrado un lindo departamento en donde vivir, se que tal vez yo no era de gran ayuda con los gastos de todo lo que estábamos haciendo, había estado buscando trabajo en otro lugar ya que deseaba ser algo más que una chica de biblioteca además de que la paga no era la mejor he tenido diferentes empleos pero necesitaba algo más fijo. 

El lugar estaba repleto de gente, música todo volumen e incluso uno que otro ebrio que estaba haciendo el ridículo, eso me daba risa ver como sacaban sus pasos prohibidos para llamarle la atención a una chica, cielos, eso me hacia reír. 

-¡Es nuestro momento chicas, ha beber y a gozar que la noche es joven!-. Dijo con toda la euforia del mundo mi mejor amiga Ximena. 

Todas sonreímos tomando los shot que estaban en circulo, lleve uno bebiéndolo con rapidez y al sentir como este quemaba mi garganta me hizo hacer una ligera mueca ¡Mierda si que estaba fuerte! todas reímos pero eso no nos detuvo para volver a tomar otro y beberlo, ya e segundo no quemaba tanto, seguía estando fuerte pero de ahí fuera comenzábamos a calentar garganta.

Elizabeth tomo un shot alzándolo a lo alto, se subió sobre el sillón llamando la atención de todo el mundo, cielos que vergüenza y yo en verdad que estaba muerta de la vergüenza.

-¡Salud! por nuestra querida Aly que además de cumplir veinticuatro años de vida ¡Esta a nada de joder su vida uniéndose   a un hombre! Damas y caballeros alcen sus copas y griten ¡Salud! 

Y entonces algunas personas que pasaban a un lado de nosotras gritaron lo que ella pidió, Elizabeth era una mujer que ponía más ambiente en cualquier lugar, era tan abierta y extrovertida que te impresionaba la habilidad que ella tenia, de todas era la mas divertida, bebió de su shot al igual que todas para luego bajarse de donde estaba tomando asiento nuevamente, todas seguimos bebiendo y riendo hasta que llego el momento de comenzar a bailar, me encantaba la música sensual de aquella que te hacia excitarte por completo, la manera en como algunos hombres te miraban con deseo o te recorrían con la mirada de una manera tan descarada.  

-Oye creo que tienes ya un admirador-. Me hablo en el oído Dina 

Yo fruncí ligeramente mi ceño ante lo que me acaba de decir, ella señalo con su cabeza para que me girara un poco hacia atrás y entonces, ahí estaba un hombre sentado con un aura tan sombría pero al mismo hipnotizante, tenia un traje oscuro, su cabello ligeramente largo donde salían unos rizos, barba tupida y una piel blanca, se veía tan imponente y más por la manera en la que llevaba su vaso a los labios sin quitarme la mirada de encima y yo en ese momento sentía que mi cuerpo estaba sintiendo unas sensaciones algo conocidas cuando algo despertaba en ti, atracción, si sentía una atracción tan grande que me asustaba, mis pezones se volvieron duros lastimándose con la tela de mi vestido y mi intimidad estaba alterada, de seguro era el alcoholo tenia algo de ver a que tuviera este tipo de reacciones. Pase saliva para luego volver a Dina que tenia una gran sonrisa de oreja a oreja con una gran diversión, yo solo negué con la cabeza como si ambas tuviéramos una pequeña conversación psíquica.