Imperio

💵Elaboración💵

Me recargué en el asiento, observando las luces de la ciudad fundirse en un solo destello a medida que avanzábamos. Mis pensamientos estaban en otro lugar, tan lejos de esas calles familiares. Natan estaba a mi lado, en silencio, respetando ese espacio. Sabía que cuando no decía nada, era porque algo más grande estaba en juego.

—¿Están todos? —pregunté sin desviar la mirada del horizonte.

—La mayoría —respondió Natan, y eso era todo lo que necesitaba escuchar. Sabía que las piezas se estaban colocando, que el tablero estaba listo, y que pronto todo el mundo se movería en nuestra dirección.

El regreso de Víctor Selenki había desatado una tormenta dentro de mí, algo que había pensado que había dejado atrás hace una década. Pero ahora, con su aparición, las sombras de ese pasado volvían a envolverme.

Diez años atrás, lo que comenzó como una simple colaboración con Víctor parecía el movimiento perfecto. Él era un empresario ambicioso, con un instinto afilado para los negocios, y yo veía en él la oportunidad de fortalecer mi propio imperio. En ese momento, ignoré las señales, las dudas. Era pragmático, y lo que importaba era el poder que ambos íbamos a consolidar.

Las cosas prosperaron al principio. El dinero fluía, las oportunidades se multiplicaban, y ambos ascendíamos como titanes del mercado. Pero todo cambió cuando la CIA apareció. Ellos sabían lo que yo no había querido ver: Víctor no era solo un hombre de negocios. Estaba metido en algo mucho más oscuro. Tráfico de armas, lavado de dinero, conexiones con los peores criminales. Y yo, sin saberlo, había estado demasiado cerca.

En esos días, pensé que tenía todo bajo control. Que podía manejar a Víctor y su codicia. Pero me equivoqué. Subestimé cuán profundo corrían sus negocios sucios, y cuando me vi acorralado, tuve que tomar la decisión más difícil de mi vida: romper nuestra alianza y colaborar con la CIA para derribarlo. Limpie mi nombre, pero el costo fue alto. Pensé que con Víctor fuera del mapa, todo terminaría. Pero estaba de vuelta.

—Maldito Víctor —murmuré entre dientes, sintiendo el peso de todo lo que podría desmoronarse si no actuaba rápido.

Natan me lanzó una mirada de reojo. Sabía lo que ese nombre representaba, no solo para mi negocio, sino para mi vida personal. Sofía no tenía idea de lo que se avecinaba, de lo que ese hombre podía significar para nosotros. Había jurado protegerla, y aunque siempre había cumplido con mis promesas, sabía que este nuevo riesgo era diferente. Más peligroso.

—¿Cuál es el plan? —preguntó Natan, interrumpiendo el silencio.

Respiré hondo, volviendo al presente. —Nos preparamos. No vamos a permitir que Víctor nos tome por sorpresa esta vez. Quiero a todos listos, atentos a cada movimiento que haga.

Sabía que esto no sería como antes. Víctor no era alguien que perdonara ni olvidara. Las sombras del pasado habían regresado para desafiarme, pero esta vez no dejaría que me destruyeran. No dejaría que tocara a Sofía ni a lo que había construido. Mientras el auto avanzaba, apreté los puños. Esta guerra estaba a punto de comenzar, y no pensaba perder.