Tras el asesinato de su familia, Miku Fiore, una joven heredera, es enviada a Japón con la única persona en la que sus padres podían confiar: Aizawa Shota, el primo de su madre.
Su vida ha dado un vuelco tremendo y es en ese entonces cuando, al ingr...
Después de las dos primeras pruebas, llegaba por fin las batallas uno contra uno.
En la primera ronda no me había tocado con Bakugo, como esperaba, si no contra Minoru Mineta. La batalla duró pocos segundos, pese a que consiguió pegar mis pies a al suelo. Hizo algún comentario que no quiero recordar porque me hierve la sangre y finalmente consiguió que lo hiciera volar por los aires. En el sentido literal, pues consiguió ser el ojo de un huracán y no sé a día de hoy dónde terminó ese día.
Usar mi don me desgastaba muchísimo y me provocaba mucho sueño, así que hasta que fuese mi turno, aproveché para descansar. Pero no quería dormirme.
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Abrí los ojos y lo primero que ví fue a Midoriya sonriendo.
Acarició mi mejilla suavemente y yo no articulé palabra. Podía observar las pequitas que adornaban su rostro... tan delicadas, irregulares. Algunas tan pequeñas que eran imperceptibles a una separación normal, pero lo tenía muy cerca. No me disgustaba la distancia que nos separaba . Recorrí mirando desde sus mejillas hacia sus ojos. Me miraban intensamente, sin dejar de sonreír. Me demoré unos segundos en seguir recorriendo su rostro con mi mirada. Finalmente posé la vista en su boca. Y, como no, seguía sonriendo. Me encantaba esa sonrisa. Poco a poco fue relajando su expresión hasta cerrar su boca y juntar sus labios. No podía apartar la mirada de la pequeña curva que aún dibujaba en la zona sur de su cara.
Cambió la forma en la que rozaba la piel de mi cara con las manos, apoyando una de ellas de manera más delicada. Noté cómo se acercaba lentamente y lejos de apartarme cerré los ojos. El corazón empezó a latirme rápidamente, desbocado y mis manos empezaron a sudar frío. Iba a besarme.
-¡Kota!.- pegué un brinco incorporándome en la silla.- ¡Miku Kota! ¿Qué soñabas?.- Mis ojos se abrieron como platos observándo a la muchacha que me miraba confundida.- Uraraka acaba de perder contra Bakugo. Eso significa que pelearás contra el en la siguiente ronda.- Dijo Yaoyorozu agitada.- Uraraka ha quedado exhausta. Apenas te he visto usar tu don espero que...- Comencé a escucharla pero de fondo. Noté arder todo mi cuerpo debido a la vergüenza que estaba sintiendo. ¿Acababa de soñar que mi único amigo intentaba besarme? Y lo peor de todo es que yo estaba encantada. En el sueño claro. Mierda. Esto no podía estar pasando. Mordí mis uñas nerviosa. No podría ni mirarlo después de esto. Él no me gustaba. Estaba segura. Pero si ya estaba confundida, este sueño...- ¡MIKU! ¿Estás escuchándome?
-Lo siento Momo.- dije. Ya me permitía tutearla. Ella misma me lo había pedido.- He tenido una... pesadilla. ¿Cuánto me queda para salir?
-Eso pretendía decirte. Ya deberías estar preparada, en cinco minutos...
-¡MIERDA!.- La corté. Rápidamente recoloqué la camiseta del uniforme que todos estábamos llevando para los juegos.- Lo siento Yaoyorozu. Estoy espesa. Voy al campo de batalla. No te preocupes. Intentaré estar a la altura.
