✦ Ojitos de Mar - One Piece Live Action ✦

✦ Como un hechizo. ✦

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Ya era casi medio día y Umi apenas se estaba despertando.

Estaba recostada en un lugar cómodo, en lugar de las duras maderas del barco donde recuerda haberse dormido.

Estiró sus brazos para desperezarse, pero su mano derecha hizo contacto con algo suave.

Palpó un poco más para descubrir que era, aún adormilada.

—¿Qué haces, enana?—la mano de Zoro detuvo la de Umi que lo despertó tocando su cabello.

Él se encontraba durmiendo sentado en el suelo, con la espalda apoyada en la cama donde había dejado a la chica.

La rubia se sentó y miró a su alrededor.

Al darse cuenta de dónde estaba, buscó con la mirada a su capitán que debía estar dormido en el suelo.

Al oír su voz afuera, sabía que ya era hora de levantarse.

Se arrastró hasta el borde de la cama y bajó sus pies descalzos, pero al tocar el suelo sintió algo fresco en su piel.

—Oye... Zoro.—le habló al espadachín que aún seguía adormilado.

—¿Mhm...?—ni se molestó en abrir los ojos cuando le habló.

Umi se fijó bien en el suelo y pudo ver un charco de agua que se estaba extendiendo lentamente, por suerte, sin llegar al peliverde todavía.

—¿Anoche nadé y entré aquí sin secarme?—preguntó preocupada, intentando entender de dónde salía esa agua y deseando no haber sido ella la culpable.

Nami la va a regañar. Si ya estaba enfadada con ella, ahora será peor.

—¿De qué hablas?—Zoro miró bien de lo que hablaba la menor y se levantó del suelo rápidamente.

Sin decir nada, el chico decidió salir de la cabina para avisarle a la navegante lo que sucedía.

Al abrir la puerta, fue recibido por su capitán muy alegre levantando una bandera en sus manos.

—¡Zoro! ¡Umi! Miren esto.—les enseñó su creación con entusiasmo.

—Peculiar.—fue lo único que se le ocurrió decir al espadachín.

—¿La hiciste tú, Luffy? Es genial.—la niña se olvidó por un momento del problema del agua para alagar al ruloso.

—¡Si! ¿Te gusta?—quiso confirmar, recibiendo un asentimiento alegre de la rubia.

El espadachín observó su interacción un momento, hasta que recordó lo importante.

—Nami. El retrete se descompuso.—le avisó.

La navegante lo miró con extrañeza.—No tenemos retrete.—.

—Ah...—el peliverde miró a Umi que ya se preparaba para esconderse detrás de Luffy. —Entonces algo más está goteando.—.

Nami se bajó de dónde estaba sentada muy alterada y se metió en la cabina dando un portazo.

Salió nuevamente muy enojada después de comprobar lo que sucedía.

—¿Qué hicieron? Estamos hundiéndonos.—preguntó, enfrentando especialmente al espadachín.—Umi, ¿Golpeaste el barco mientras nadabas?—se volteó hacia la menor.

—¡No!—se abrazó a Luffy escondiendo su cuerpo detrás de la tela que sujetaba el chico.

—Ninguno hizo nada.—habló en defensa Zoro.