✦ ¿No me quieres? ✦

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Estaba atardeciendo y el sol parecía apagarse, a diferencia de la energía de los dos más jóvenes del barco.

Las risas de Umi resonaban en las olas cuando Luffy la enroscaba en sus brazos de goma y la hacia girar como si estuviera a punto de lanzarla a algún lado, frenando antes de sacarla volando.

Al parecer él tenía la situación bajo control, pero Nami no podía concentrarse en la caja fuerte que intentaba abrir, pensando en lo peligroso que era el juego de esos dos.

En una de esas acrobacias extrañas que estaban haciendo, por accidente Umi chocó con la navegante sacándola de su estado de concentración.

-Suficiente. Umi, ve adentro o te vas al agua, pero no te quiero aquí.-regañó a la que conocía.

-Pero Nami...-intentó excusarse, mientras veía a Luffy colgarse de las maderas.

-Te gusta nadar. Ve a nadar.-la pelinaranja apuntó al borde del barco.

-Está bien.-aceptó Umi, sentándose en la orilla de la cubierta y finalmente saltando al agua.

-¡Oye!-el ruloso estiró sus manos hacia donde la chica se había sumergido intentando buscarla.

No pudo encontrarla y su cuerpo comenzaba a sentir debilidad por estar en contacto con el agua de mar. Por lo que tuvo que quitarlas de allí.

-¿Umi? ¿Por qué la echaste del barco? ¿No son amigas?-preguntó con preocupación.

La navegante con desinterés seguía en su tarea de abrir la caja fuerte.

-¿A quién echaron del barco?-salió el peliverde de la cabina al escuchar el alboroto.

-Ni idea.-sonó la voz aguda de la rubia que no pensaba salir del agua, apoyándose a su lado con el mentón en la orilla del barco.

El espadachín se sobresaltó al no haber previsto la presencia de la chica.

-¿Qué haces ahí? Te vas a quedar atrás.-le advirtió teniendo en cuenta que el viento iba a su favor, por lo que el barco se movía con rapidez.

La chica se rió como si el chico hubiese dicho una tontería.-Soy un poco lenta, pero no tanto, Zoro.-sabiendo que el ritmo al que ella se movía no tenia comparación con lo rápidos que eran los gyojins.

Pero comparado con lo que es capaz de hacer un humano, el nado de Umi podría sorprender a cualquiera.

La chica se sumergió y con velocidad pasó hacia el otro lado del barco, está vez cerca de Luffy.

-¡Luffy, ven a nadar tu también!-lo invitó con la intención de seguir jugando en el agua y no molestar a Nami.

El de sombrero soltó una risa ante el entusiasmo de su nueva amiga.

-Yo no puedo nadar. Me moriría si lo intento.-le explicó el problema de tener una fruta del diablo.

-¿Tu no comiste una fruta también? Digo, por lo de los colores.-preguntó el espadachín cruzándose de brazos y apoyándose en la pared de la cabina.

-Me comí una manzana.-contestó algo tonto al no saber de las frutas del diablo.

-No se refiere a eso, Umi.-Nami se metió en la conversación.-Las frutas del diablo te dan poderes, pero si la comes nunca más en tu vida podrás volver a nadar porque el agua de mar te debilitaría. Tu ya naciste así de rara.-.

-¿No nadar nunca más? Eso suena horrible.-sus ojos se volvieron grises mirando a Luffy y sintiendo pena de que no pueda disfrutar lo mismo que ella.

Metió su cabeza bajo el agua y nadó hasta lo más profundo intentando quitar la idea de nunca más nadar de su cabeza. Se quedó allí por un buen rato, siguiéndole el ritmo al barco.

✦ Ojitos de Mar - One Piece Live Action ✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora