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Una vez sola, estando segura dentro de las cuatro paredes de su habitación finalmente pudo dejar escapar sus lágrimas. El dolor era enorme y casi asfixiante, pero ella trataba de no sentirse tan afectada. Nadie tenía que porque saber que su corazón estaba roto, ni siquiera ella misma. Buscó las cosas restantes que le pertenecían y acomodó todos sus papeles, limpiándose el rostro cada segundo ya que las lágrimas no paraban de caer.

Una vez que aquella tarea estuvo culminada, se permitió relajar su cuerpo sobre la cama. En su cabeza estaba la imagen de Lauren con su ex esposa, ambas tomadas de las manos y luciendo sonrisas felices. Ella no lo entendía, ¿cómo podía Lauren actuar de esa forma cuando esa mujer le había hecho un daño irreparable? ¿realmente estaba considerando volver con ella, o simplemente su dolor la hizo ver aquello? No lo tenía claro, pero tampoco deseaba averiguarlo.

Pasaron dos horas y sus padres finalmente ya estaban en la casa. Ethan y Cristian subieron las escaleras y tocaron su puerta, Camila se levantó casi de inmediato, la abrió y les sonrió abiertamente.

___ ¿Cómo están? ¿Todo en orden? ___ preguntó de forma indirecta por la salud de Lauren.

___ Si, solo fue un pequeño susto. ¿Comiste algo? ¿Estabas descansando?

___ Un poco, el viaje fue largo para mí ___ estiró un poco los huesos de sus brazos ___ Y no se preocupen por hacerme algo, no tengo hambre ___ ni siquiera se sentía capaz de beber agua, ya que un nudo enorme se había formado en su garganta. Las ganas de llorar regresaron con fuerza, pero Camila logró reprimirlas.

___ Entendemos, entonces bajaremos a charlar un poco con Diana y Bradley.

___ Está bien.

___ Duerme bien, hija ___ Ethan besó su mejilla derecha con dulzura y Cristian la izquierda, ambos le sonrieron y salieron de su habitación.

Diana y Bradley también subieron hasta su cuarto para desearle una buena noche y planear lo que harían al día siguiente. Los cuatro querían salir con ella y compartir un día en familia, como lo habían hecho casi siempre. Camila solía esperar con ansias aquellas salidas, pero esta vez se sentía mortificada. Le daba vergüenza salir con ellos, porque sabía que estarían recordando de forma insistente lo que hizo.

Cerró la puerta, se acostó en su cama y abrazó con fuerza su cuerpo. No podía permitir que las lágrimas volvieran a ganar la batalla, que el dolor nuevamente la hundiera en un abismo interminable del cuál no pudiera volver salir. Tenía que aguantar, ser fuerte por ella y todos sus seres queridos que inevitablemente se vieron afectados por sus errores.

Por sus constantes mentiras.

Al día siguiente, el sol molestó sus ojos y Diana tocó la puerta. Le deseó los buenos días y con emoción, le contó que habían planeado un día especial para poder recordar los viajes de antaño. Camila se levantó con pesar, se ducho, vistió y bajó hasta la cocina. Los cuatro adultos estaban sentados en la barra, Cristian con su periódico en las manos, Ethan hablando en lo bajo con Diana y Bradley preparando el desayuno con una enorme sonrisa en el rostro.

Contaban historias que ella no conocía ya que estas ocurrieron mientras ella se encontraba encerrada en el internado. Reían de chistes que no entendió mientras que ella parecía total desconocida, extrañando aquella complicidad que tenía con ellos y que ahora parecía haberse extinguido.

___ ¡Se lo diré a Lauren! Habló en serio, la llamaré justo ahora ___ Diana recuperó la confianza en su hermana y los demás lucian cómodos con ello ___ Oh, las pagarán.

Ethan río.

___ Siempre fuiste una mala perdedora.

___ ¡Oye!

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⏰ Última actualización: Oct 11 ⏰

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Querida sobrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora