Capitulo 12

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El pasado duele.

Asher...

Me habían atacado y sobre todo atacaron a mi esposa, a mi familia. Por así decirlo.

Hijos de perra, este bastardo. Lo mataré. Me vale verga la lealtad a la sangre, eso nunca me importó, y por lo que veo a él tampoco.
Me resistí porque nunca sentí un ataque frontal, pero ahora se que va con todo, y le contestaré como se debe, al demonio la lealtad y tener piedad, todos morirán, empezando por uno de sus más grandes logros.

Cuando uno empieza su mayor logro lo poco o mucho que consigue y eso es el primer trato de cerca, y eso es en Venezuela, ahí fue donde empezó su pequeño imperio, y es donde mismo comenzaré.

— Pride escúchame bien, porque no lo voy a repetir, en Venezuela hay gente de negocios con quienes trata Zelda, quiero que investigues bien la zona, quienes son, que hacen, quiero un informe detallado, y lo quiero ya.

— ¿Va a negociar con ellos, ofrecerles una mejor oferta?— pregunto atento y anotando todo en su teléfono.

Negué sonriente — Voy a matarlos— su mirada fue seria

— ¿Matará a todos?

— Si, los quiero muertos, así el no podrá seguir con negocios, oí por ahí que un gran cargamento de Chile a Mexico está por transportarse, quiero el cargamento intacto, al parecer lo pasarán por barcos, quiero los barcos destruidos. Quiero todo un desastre.

— Señor está pensando con la cabeza caliente, recapacite.

— Demasiado tarde, sabes que cuando me propongo algo lo hago. No hay vuelta atrás, además esto no lo comencé yo, si no el. Él tomó la decisión de que su gran cartel se fuera a ala verga, yo solo le hago el favor. Quiero ver los cuerpos mutilados y  apilados entregados en la puerta de su casa. — dije severo, ansioso por ver aquello.

Mi padre y Zelda se arrepentirán.

— Quiero todos los caminos cerrados, nada pasa a Estados Unidos sin que lo vea— ordene este asintió y mi esposa aún lado sin entender nada. — Lilith te llevaré a mi palacio, ahí estarás segura, quiero que te quedes ahí, nada de visitas ni de juegos con tus amigas. Obedece porque si no...

—¿Si no qué? — pregunto sería sus ojos tenían una mirada feroz

Será más difícil con ella de lo que pensé.

— Quiero que te quedes quieta en lo que preparo tu entrenamiento. Obedece, quieren matarme, y no solo este enemigo sino mis aliados también, mis enemigos son tus enemigos ahora, si me quieren muerto a ti también— la vi bajar la mirada, tiene dudas y miedo.

Es no lo voy a permitir

— ¡NUNCA BAJES LA MIRADA ASÍ!— rugí ella dio un brinco — ¡JAMÁS TE VEAS DERROTABLE! — volví a rugir, Pride esta vez se levanta y se pone atrás de mi — Y menos si eres mi esposa — suavice — Desde ahora las cosas cambiarán, nos han declarado la guerra, y responderemos tres veces más. — sonreí al imaginar todo lo que haré.

Ella pasó sus manos por su cara, estaba fastidiada, confundida un sin fin de sentimientos pasan por su cara. Lo puedo notar y oler.

— Llegando a Asbeel... nos separamos — dije y ella me vio directamente — Querías que te dejara en paz pues así será, trabajaré en esto mientras tú te quedas en el palacio... no te muevas de ahí— advertí — Están esperando ver mi punto débil y por ahora eso eres tu.

No dijo nada, estaba pálida, pude ver sus ojos inyectados en sangre... quería romperse. Solo quiero ver un sinónimo de debilidad en ella... y entonces me encargaré de sacarle todas las lágrimas que tenga para así no verla llorar de nuevo. No permito que nadie sea débil. Jamás. Y menos si permanece a mi lado.

Mientes tan bien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora