Capítulo 6

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Algunos días transcurrieron. Fueron días grises para Leticia. La agonía de no saber nada de Fernando la estaba carcomiendo. Día tras día sentía más desesperación y menos esperanzas. Desde que había regresado de Nueva York, se había sentido como bloqueada, sin saber exactamente qué hacer.

"No se a dónde recurrir. Mi don Fernando se ha ido y no puedo encontrarlo. La desesperación se instala en mi ser a cada segundo, porque no se cómo vivir sin él. El viaje a Nueva York fue inútil, porque allá no estaba. Lo único bueno que saqué fue conversar un poco con Karla y descubrir lo que Fernando le confesó acerca de mi, le dijo que me ama, lo cual aumenta en gran manera mi agonía porque quisiera tenerlo enfrente para decirle que yo también lo amo con intensidad, pero no está, porque se ha ido. Lo que más me duele es pensar que está sufriendo al pensar que yo estoy con Aldo. ¿Qué puedo hacer? ¿En qué momento perdí a don Fernando?
Todos mis amigos se han portado muy bien conmigo, me tratan de animar, me consuelan mucho. Mi querido cuartel, mi hermano Tomás, mi hermana Carolina, hasta Marcia y Omar, se han vuelto más cercanos a mí. Mi mamita... Todos me dicen que no me desespere, que Fernando pronto aparecerá y podremos estar juntos. A mí papá le ha costado más trabajo aceptar la situación. Él dice que nunca debí ilusionar a Aldo ni tener una relación con él si no lo quería, y se que tiene razón, pero yo estaba tan ciega. Mi papá está preocupado por el daño que les causé a Aldo y a don Fernando. No concibe la idea de que creyera estar enamorada de uno cuando en realidad amaba al otro. No entiende cómo pude confundirme de esa manera. Caray es que ni yo misma lo entiendo. Por eso no lo culpo. Se que mi papá está preocupado por mi también. Le duele verme sufrir, pero no sabe ni cómo ayudarme. Lo bueno es que ya aceptó mi amor por don Fernando. Reconoce que es un buen hombre, que ha cambiado mucho desde que lo conoció, que ha madurado y que se ha vuelto en alguien mucho más responsable. Dice que don Fernando es una buena persona, después de todo. Acepta que lo ha visto muy enamorado de mi. Acepta que ambos nos amamos. Pero lo que no acepta es que los dos estemos sufriendo de esta manera, o más bien dicho los tres, contando a Aldo. Yo tampoco lo acepto. Me siento tan culpable. Pero ahora más que nunca estoy convencida del amor que siento por Fernando Mendiola, y de que no desistiré en mi búsqueda, porque estoy dispuesta a luchar por él."

Cerró su diario, suspirando. Como de costumbre, era en ese cuaderno ya un tanto gastado, dónde acostumbraba plasmar sus sentimientos. Le entristecía hasta el hecho de ver el diario y recordar que estuvo en manos de Fernando, el cual lo leyó, sufriendo y padeciendo cada una de sus páginas.

 Le entristecía hasta el hecho de ver el diario y recordar que estuvo en manos de Fernando, el cual lo leyó, sufriendo y padeciendo cada una de sus páginas

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Fernando se sentía como pez en el agua. Llevaba ya varios días aprendiendo todo sobre el área de turismo, que le había empezado a gustar realmente ese empleo. Conocer la ciudad era emocionante, y más aún pensar que pronto él sería el encargado de explicarle a los turistas las características de esos bellos paisajes. Alejandra era una buena maestra y jefa. Además, había empezado a hacer una buena amistad con él. Le parecía muy graciosa la forma de ser de Fernando, siempre tan ocurrente, aunque pudo darse cuenta de que él sufría mucho a causa de algo. A veces su mirada se perdía en la nada, y un destello de tristeza se reflejaba en sus ojos, como si recordara algo, o a alguien. Pero no se atrevía a preguntarle todavía, aunque la curosidad la intrigaba cada día más.

"Otoño" "Goodbye my love"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora