LLDTH ;; 𝘁𝗮𝗸𝗲𝗯𝗮𝗷𝗶

III

Baji miró a las tres caras que ahora se estaban estudiando. Tuvo que empujar el aire para hacer trabajar a su voz.

—¿Vampiro?

Takemichi lo miró directamente a los ojos.

—Sí.

Una burbuja de risa escapó de Baji.

—Está bien. Está bien. Sí, bueno. Yo he visto esta película. ¿Tú no podías pensar en algo un poco más original? Porque, ya sabes, todo el asunto del vampiro queda viejo. Eso ya fue hecho.

—Takemichi dice la verdad.— Chifuyu dijo en voz baja.—Esto no es una broma.

Baji parpadeó y luego volvió a parpadear. Vampiros. La parte racional de su cerebro le dijo que era absurdo; no había tales cosas, excepto en los mitos y la ficción. Pero había una percepción fría, el líquido de la verdad como el mercurio en sus venas que le dijo lo contrario. Él sabía que lo que decían era cierto y si él quería o no, él lo creía.

Baji se frotó las manos en su rostro. Estaba más que cansado, estresado, y este había sido un infierno de un día de locos. Miró por la pared de cristal viendo el más mínimo indicio de luz en el horizonte.

Nadie habló mientras su mente procesaba y pulsaba en mil direcciones diferentes.

Finalmente Baji miró a los tres, luego fijó su mirada en Takemichi.

—¿Los vampiros no se supone que tienen dientes o algo así?

Takemichi sonrió, lentamente exponiendo sus dientes. Sus dientes completamente normales. Entonces en lo que Baji pensó que fue un parpadeo de ojos silencioso, dos dientes perfectamente afilados aparecieron en las comisuras de la boca de Cronin.

Todo el cuerpo de Baji reaccionó. Dio un paso atrás, su corazón golpeó, su cerebro se detuvo de funcionar, congelado. Los vellos de su cuerpo se pusieron de punta. Pero lo más preocupante fue lo excitado que estaba.

Calor inmediato y deseo ardía en su vientre e ingle. Baji se puso de pie y rápidamente puso un poco de espacio muy necesario entre ellos.

Joder.

Nunca había sentido algo tan intenso, tan puro.

Baji contuvo algunas respiraciones profundas mientras caminaba hacia el otro lado de la habitación. Chifuyu lo siguió. Él mantuvo unos pocos centímetros entre ellos, pero cuando se le enfrentó, él le sonrió y dijo en voz baja.

—Es impactante cuando lo ves, ¿verdad?

¿Ver qué? Oh, los dientes. No fue los dientes que lo conmocionó.

Fue como su cuerpo reaccionó.

—Entonces, ¿qué?— Baji dijo, mirando a los tres a su vez.— ¿Ustedes pueden simplemente hacerlos aparecer cuando quieren? ¿Cómo es que eso funciona?

—Podemos. Cómo flexionar un músculo.— dijo Chifuyu.— Aunque a veces es una reacción involuntaria como cuando estamos amenazados, cuando comemos o cuando estamos excitados sexualmente.

Takemichi se levantó.

—Suficiente.

Baji lo miró.

—No, no es suficiente.— Miró a Chifuyu.— Eso es bueno. Dime todo ahora. Nadie respondió a ninguna de mis preguntas, así que vamos a obtenerlas, ¿eh?

Takemichi levantó la barbilla.

—Acabas de aprender que los humanos no son las únicas personas que caminan en esta tierra. Tú ya has saltado conmigo, has visto los dientes de vampiro, estás sentado en una habitación con tres vampiros, pero no tienes miedo, ¿no?