Capítulo XI

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0 días antes de


Letras, números, ecuaciones, fechas.

Todo eso y más atravesaba el cerebro de Min, sentía sus ojos a punto de salirse y había empezado a sentir un pinchazo en su cabeza.

El nudo en su estómago era molesto, su pie no dejaba de rebotar en el piso, le sudaba todo.

Estaban a punto de empezar el examen simulado, si así estaba cuando era una simulación no quería imaginar qué pasaría haciendo el real.

Sieun apareció en su visión.

—¿Estás bien?

—Solo...nerviosa.

—Está bien, has estudiado bastante, relájate.

—Eso es —el brazo de suho rodeó los hombros de sieun— no te has vuelto una rata de biblioteca por nada.

Hye solo pudo reír al ver la cara ofendida de sieun.

Minutos después, estaba pasando las hojas del examen. Observó la hoja y dió un vistazo a sieun, quien estaba a su izquierda unos lugares más atrás.

Este le dió una pequeña sonrisa, incluso hye creyó haberlo imaginado.

Se concentró, observó su examen con atención y empezó a responder, el como las respuestas saltaban en su cerebro era increíble.

Se desconectó, su examen era lo más importante, su futuro dependía de ello así que todo su alrededor pasó a segundo plano.

De repente, un sonido abrupto la hizo salir de su concentración, girando con curiosidad solo pudo observar la espalda de sieun que desaparecía fuera del aula.

Se quedó unos segundos procesando antes de levantarse con rapidez, escuchando a la maestra a su espalda.

Empujó la puerta del baño con urgencia, escuchando el alboroto de la puerta de un cubículo siendo abierta.

—Sieun...

Se acercó con rapidez cuando esté casi cae al suelo, la preocupación empezó a brotar, aquel estado no era normal, menos en sieun.

El chico se acercó al grifo mientras ella intentaba llamar su atención.

—Sieun ¿qué pasa?

Se acercó al chico observando de cerca, tomó su rostro con ambas manos y allí su ceño se frunció, su corazón latió con rapidez.

Los ojos de sieun estaban dilatados, como si...

Este la miraba y parpadeaba con rapidez, le dió unas pequeñas palmaditas en sus mejillas.

—Sieun escúchame, ¿que tomaste?

El castaño solo la observaba, su respiración era tan rápida que podía sentirlo en su rostro, en un segundo este estaba con sus brazos rodeando su cintura y su cara metida en su cuello.

Sin pensarlo hye le dió caricias en el cabello, su respiración rápida no cesaba pero pudo sentir su tensión bajando, acarició su nuca con parsimonia.

En ello, sus dedos rozaron algo.

¿Una bandita?

Arrancó aquello de la piel de sieun y lo supo, ella sabía claramente que era, no se necesitaba ser muy inteligente.

Ella lo mataría.

Sieun salió de su cuello, ella puso el papel frente a él.

—No te preocupes, los efectos desaparecerán en unos minutos — él la miró, sus ojos estaban brillosos, su sangre hirvió y sintió que podía matar a ese imbécil. —¿Crees poder volver?

𝙃𝘼𝙏𝙀 | Yeon SieunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora