Capítulo 16: Líneas difusas

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Dylan

El sol brillaba intensamente esa mañana, y aunque el calor era palpable, lo que realmente me hacía sudar era la tormenta de pensamientos que se desataba en mi interior. No podía dejar de pensar en Aroa. La última vez que estuvimos juntos, sentí una conexión que no había experimentado antes, pero a medida que los días pasaban, la duda se instalaba en mi mente. ¿Podía realmente corresponder a sus sentimientos? Tenía miedo de que no fuera suficiente, de que nunca podría ser lo que ella necesitaba.

Al llegar al colegio, el bullicio de las risas y las conversaciones se sentía lejano. Me perdí en mis pensamientos, cada vez más centrados en Aroa. Recordaba sus ojos brillantes y su risa contagiosa. Era imposible no sentirme atraído por ella, pero siempre había esa voz interna que me decía que había alguien más, que siempre sería Álvaro el que capturaría su atención de manera más efectiva. No podía dejar de pensar que, a pesar de mi atracción por Aroa, había algo en mí que simplemente no era suficiente.

Mis amigos me saludaron con entusiasmo, pero yo apenas respondía. Me perdí en un mar de incertidumbre hasta que el timbre sonó, marcando el comienzo de las clases. La mañana pasó volando, y cada vez que escuchaba la risa de Aroa al otro lado del aula, una mezcla de emoción y ansiedad se apoderaba de mí. ¿Y si le gustaba alguien más? ¿Y si yo no era lo que ella realmente quería? Las inseguridades me atormentaban.

Durante el almuerzo, me senté con Xaden, pero mi mente estaba en otro lugar. Cada vez que la miraba a ella, la forma en que su risa iluminaba la habitación, sentía que me perdía en sus pensamientos. "Solo tengo que ser honesto" me dije. Pero, ¿qué significaba eso en realidad? ¿Cómo podía hablarle sin que ella pensara que era un idiota? En ese momento, me di cuenta de que tenía que tomar una decisión, pero la incertidumbre me mantenía paralizado.

Mientras terminaba de comer, vi a Aroa acercarse a mí con un aire de determinación. Mi corazón se aceleró al instante. Había algo diferente en su expresión, como si hubiera decidido que era el momento de hablar. Pero cuando me llamó, su voz sonó más suave de lo que había anticipado.

—Dylan, ¿podemos hablar un momento?

En ese instante, todo a mi alrededor se desvaneció. Su mirada me atrapó, y no pude evitar sentir que algo importante estaba a punto de suceder. Asentí, tratando de mantener la calma, mientras me dirigía con ella hacia un rincón más apartado de la cafetería. Mis amigos se quedaron atrás, sus miradas curiosas seguían cada uno de mis movimientos.

—¿Todo bien? —pregunté, aunque sabía que había algo más en juego aquí.

—Sí, en realidad... hay algo que quería decirte. He estado pensando mucho en nosotros y... —sus palabras se entrecortaron, y mi corazón latió con fuerza. Era como si cada sílaba que pronunciaba se adhiriera a la esperanza que había albergado en mi interior.

—¿Sobre nosotros? —repetí, sintiendo que una mezcla de anticipación y miedo crecía dentro de mí. Pero, ¿qué significaba realmente? ¿Podría ser que lo que siempre había deseado estuviera a punto de suceder?

Cuando Aroa sacó un pequeño papel de su bolsillo y me lo entregó, mi mente se detuvo. La abrí con cuidado, y las palabras escritas en ella resonaron en mi mente: "¿Quieres salir conmigo?" con dos casillas, una de "sí" y otra de "no". Durante un momento, el mundo se desvaneció y solo existía ese papel y la mirada nerviosa de Aroa.

—Aroa... yo no... no sé qué decir —comencé, intentando procesar lo que significaba. Mis pensamientos estaban enredados. Tenía que ser honesto, pero todo mi ser luchaba contra la realidad. Aroa era increíble, y quería que supiera lo mucho que significaba para mí, pero la sombra de mis inseguridades se cernía sobre mí.

Todo lo que pudo haber pasado - Aroa MonteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora