Después de todo lo que había pasado dentro de la fiesta, necesitaba un respiro. Mi mente seguía dando vueltas al casi beso con Dylan, a sus palabras, a esa promesa de intentarlo de nuevo. Pero al mismo tiempo, sentía una inquietud en el fondo de mi corazón, un miedo a que todo se desmoronara otra vez.
Esa noche salía otra vez, parece que a Xaden le dió envidia la fiesta de Laura y decidió montar una en su casa en la que "os lo vais a pasar genial, la de Laura era muy aburrida, habrá mucha bebida y sobre todo mucha mucha diversión" añadió con la sonrisa para intentar convencer a alguien de pasarle los apuntes
Salí al jardín de la casa de el futbolista, buscando un poco de calma, lejos de la música y del bullicio que llenaba la casa. Ya estaba lo suficiente cansada pero me habían arrastrado y no por las chicas sino por Xaden, con que había tenido una pequeña conversación y había descubierto que no es tan imbécil como lo parecía.
Estaba sentada en mi cama, rodeada de libros y cuadernos abiertos que intentaban distraerme, pero mi mente no podía dejar de vagar. Las imágenes de aquella noche en la fiesta seguían revoloteando en mi cabeza, y cada vez que pensaba en el beso con Álvaro, sentía una mezcla de culpa y satisfacción. Me había mostrado fuerte frente a Dylan, pero el vacío que me dejó ver su traición seguía ahí, latente.
Justo cuando estaba considerando levantarme y salir a dar un paseo para despejarme, sonó mi teléfono. Era Xaden. Suspiré antes de contestar, sabiendo que probablemente intentaría animarme con alguna de sus ideas locas. Él siempre parecía saber cuándo algo andaba mal conmigo.
-¿Qué pasa, Xaden?- pregunté, tratando de sonar más animada de lo que realmente me sentía.
-¡Hola, Aroa!- Su voz retumbó por el altavoz con su habitual entusiasmo. -¿Qué haces? ¿Estás en casa?
-Sí, estoy estudiando- mentí, mirando los apuntes que no había tocado en horas.
-¿En serio? Qué aburrido- bromeó, y pude imaginar su sonrisa socarrona. -Yo pensé que después de la fiesta de la otra noche te habrías dado cuenta de que la vida está para disfrutarla un poco más, ¿no crees?
Rodé los ojos, aunque él no podía verme. Él siempre había sido así, un espíritu libre que encontraba cualquier excusa para escaparse de la rutina.
-¿A qué te refieres? -pregunté, intentando seguirle el juego.
-A lo que me refiero, querida Aroa, es que este fin de semana hay otra fiesta y no puedes faltar- dijo, con un tono casi conspirador. -Y, por supuesto, tu querido Dylan estará allí.
Sentí cómo mi estómago se tensaba al escuchar su nombre. No había visto a Dylan desde aquella noche en la fiesta, desde ese maldito beso. A pesar de que traté de evitarlo en la escuela, no pude evitar pensar en él todo el tiempo. En lo que había pasado, en lo que podría haber sido.
-No sé, Xaden. No creo que sea buena idea...-empecé a decir, pero él me interrumpió rápidamente.
-¡Oh, vamos! Sabes que te vendría bien. ¿O me vas a decir que prefieres quedarte encerrada en tu habitación pensando en él en lugar de enfrentarlo y dejarle claro que no puede jugar contigo?
-Eso ya lo hice -respondí, recordando el beso con Álvaro y la expresión de Dylan al verlo. -No creo que necesite más demostraciones.
-Eso fue un golpe genial, lo admito -continuó Xaden, y pude imaginarlo asintiendo con una sonrisa. -Pero no basta con un solo golpe, Aroa. Tienes que hacerle ver que te estás divirtiendo, que estás bien sin él. Que no eres alguien a quien pueda dar por sentada. Y sabes que es mi mejor amigo, ¿eh? Pero tú...solo hazlo, ¿vale? Y háblale.
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Todo lo que pudo haber pasado - Aroa Montero
RomanceAroa nunca imaginó que una fiesta de cumpleaños podría cambiar su vida para siempre. Lo que comenzó como una tarde tranquila en New Paltz, rodeada de amigos y naturaleza, se transformó en un torbellino de emociones cuando Dylan Blake, un compañero d...