La Clase 1-A recibe una tarea inesperada: cuidar de bebés. Mientras los estudiantes se adaptan a sus nuevos roles, Bakugo y Ren se ven envueltos en una dinámica compleja. ¿Podrá Bakugo controlar su temperamento y conectar con el bebé? ¿Qué pasará co...
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𝐁𝐀𝐊𝐔𝐆𝐎 𝐍𝐎 𝐏𝐔𝐃𝐎 𝐏𝐄𝐆𝐀𝐑 𝐎𝐉𝐎 𝐄𝐍 𝐓𝐎𝐃𝐀 𝐋𝐀 𝐍𝐎𝐂𝐇𝐄, 𝐏𝐄𝐍𝐒𝐀𝐍𝐃𝐎 en Ren y en cómo aclarar el malentendido que había surgido entre ellos. La verdad era que estaba bastante estresado, y para él resultaba sumamente extraño querer arreglar algo con otra persona.
Sin embargo, Ren no era una persona cualquiera para Bakugo. Para él, Ren era el idiota que siempre ofrecía su ayuda a todos, sin importar cuán mal lo trataran. Era el tonto que se preocupaba por un niño que no era suyo, el desastroso que daba la impresión de haberse levantado de la cama en pijama y con el cabello revuelto. Era ese "tomate andante" que capturaba su atención al entrar en cualquier habitación, haciendo que las demás personas a su alrededor parecieran insignificantes.
Bakugo pasó toda la noche dándole vueltas a cómo podría hablar con Ren. Se preguntaba cómo sería capaz de mirarlo a los ojos sin soltar una mala palabra o gritar, simplemente porque el tonto no dejaba de intentar explicarle lo que realmente había sucedido entre ellos.
Pero, lamentablemente, Ren no podía ni mirarlo a los ojos, y eso lo detestaba. Bakugo quería ver esos ojos, observar cómo, en ocasiones, las pestañas estaban levantadas y en otras no. Se sentía frustrado por su incapacidad para acercarse a él.
Había intentado de todo; realmente de todo, si es que se podía llamar así. Lo buscó en su habitación, pero Ren ya había salido temprano. Incluso lo vio en el salón, pero este simplemente hizo oídos sordos. En ese momento, lo único que los unía era ese pequeño engendro.
— ¿Has hablado con él?. — Preguntó Ashido, cruzando los brazos al llegar a su lado. Su mirada se llenó de compasión al ver cómo su amigo rubio no apartaba la vista de Nakamura.
— Ni siquiera me ha mirado a los ojos, alien. — Respondió Bakugo, soltando un suspiro y dando una pequeña patada al suelo por la rabia acumulada.
— Lamento seguir insistiendo sobre lo de Ren, sobre... ustedes en general. — Dijo Mina, tomando asiento junto a Katsuki. Él, confundido, la miró con una expresión que pedía explicaciones.
— ¿A qué te refieres, Mina?. — Preguntó Bakugo, frunciendo el ceño, entrecerrando los ojos con desconfianza.
— Solo quiero que sepas que es normal tener desacuerdos, pero también es importante resolverlos. — Respondió ella, intentando ser conciliadora.
— A lo que se refiere es que... perdón por intentar que cambies tu personalidad con Ren. — Sero se acercó a su lado, con una culpa evidente en su rostro abrumado.
— Perdón, bro. Yo fui el que te presionó para que hablaras en la cocina. — Kirishima, que había estado presente durante el pequeño "accidente" de la cocina, llegó lloriqueando al lado de Bakugo. Este, cerrando los ojos, soltó un suspiro.
